LOS LEGADOS DE “MADIBA”

A un año de la muerte de Mandela, Sudáfrica enfrenta su más peligroso cisma

Los analistas coinciden que a un año de la muerte de Madiba, al padre de la República Democrática de Sudáfrica le costaría mucho reconocer lo que ha ocurrido políticamente en su país, que lo ha colocado al borde de su más peligroso cisma.

La viuda de Mandela, Graça Machel, lleva flores en el aniversario de su muerte / Foto: STEFAN HEUNIS / AFP
La viuda de Mandela, Graça Machel (izq.), lleva flores en el aniversario de su muerte / Foto: STEFAN HEUNIS / AFP

La fragmentación e individualismos sin un liderazgo real, del Congreso Nacional Africano (CNA) el partido que lideraba Mandela, solamente ha servido para que una nueva fuerza entrara estrepitosamente al Parlamento. Los Luchadores por la Libertad Económica (LLE), un subproducto de las juventudes del CNA, ha medrado exigiendo contra la corrupción y a favor de los más pobres, bajo las órdenes implacables del otrora líder de la juventud del movimiento de Mandela: el más joven de los parlamentarios Julius Malema, de 33 años. Aunque todavía su fuerza es la tercera en importancia –detrás de la opositora Alianza Democrática (AD)- su multiplicación entre adolescentes y adultos jóvenes, apunta a un desarrollo más vertiginoso todavía que el de su propia creación.

El sindicalismo se aparta del Gobierno y crea su propio partido

Mientras tanto las diferencias entre la central sindical –COSATU- y el presidente de gobierno Jacob Zuma, han llevado a que ambos optaran por caminos separados, lo que socavó fuertemente el poder presidencial. Mandela había sido desde siempre sostenido por los sindicatos nucleados en COSATU, cuyos dos millones de afiliados son una fuerza imbatible en el ámbito laboral sudafricano. Dentro de la central los metalúrgicos nucleados en NUMSA –y que son el mayor de los sindicatos miembros- anunciaron ya que tendrán su propio partido político. Se llamará Frente Unido, y básicamente se posicionarán a la izquierda del oficialismo. Su líder visible Zwelinzima Vavi, ha dicho ya que no tolerarán más la autocomplacencia de los gobernantes, ni su corrupción y mucho menos el haber dejado a los más necesitados sin el más mínimo apoyo, comprometiéndose a recuperar el “mensaje social perdido”.

Y por supuesto que todas las reivindicaciones están basadas sobre la escasa reivindicación de los postulados de Mandela, ante la caída de las expectativas de prosperidad para los millones de sudafricanos excluidos durante siglos por los sucesivos gobiernos racistas de los blancos. Para muchos, en el trasfondo, más allá inclusive de la corrupción, la ineficiencia de los gobernantes y el fracaso en la administración del Estado, una falta de conciencia racial aglutinante, ha dejado entrever nuevamente el temor de estar ante un abismo en cuyo fondo las guerras tribales vuelven a sonar tus tambores.

 

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