EN ARGENTINA

Piden cárcel para dueño de diario con editoriales de “acción sicológica” a favor de la dictadura

La Fiscalía pidió el procesamiento y prisión preventiva del dueño y director del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, y columnista de La Nación, Vicente Massot, por el rol del diario “como auxiliar de la inteligencia militar, en operaciones de acción psicológica para justificar y encubrir crímenes de lesa humanidad”.

El diario tuvo “participación concreta y específica” en el terrorismo de Estado “que se disfrazó bajo el ropaje de actividad periodística”.

Según publica el diario Página 12, el empresario está acusado también como coautor de los secuestros torturas y asesinato de dos dirigentes del Sindicato de Artes Gráficas de Bahía Blanca, de quienes fuera interlocutor antes de que los “desaparecieran”.

Según la Unidad de Derechos Humanos de Bahía Blanca, que participa en la imputación al empresario, el nuevo estudio de los editoriales, complementa lo originalmente establecido por los fiscales en el sentido que el diario tuvo “participación concreta y específica” en el terrorismo de Estado “que se disfrazó bajo el ropaje de actividad periodística”.

Los textos que marcaron el discurso del odio

Si bien el empresario Massot ha alegado que su diario La Nueva Provincia se limitó a seguir la línea de otros diarios, los fiscales han entendido que “el discurso de incitación al genocidio –en su afán legitimador, encubridor e instigador– no sólo fue abrumadoramente mayoritario, sino que adquirió niveles extremos de intensidad, tanto en la gravedad del mensaje (el aniquilamiento total y definitivo en todos los campos de la sociedad) como en su poder de inserción en el público (la altísima frecuencia, la agobiante repetición e insistencia, la ubicación en espacios centrales del ejemplar, etcétera)”, según el texto que reproduce Página 12.

La Unidad Fiscal –agrega- puso especial énfasis en la distinción de la “exhortación al exterminio grueso”, de los meses previos y acto seguido al golpe de Estado, focalizado en “la guerrilla” o “enemigo armado”, con un paralelo “exterminio fino” de la “subversión ideológica y cultural”, que requería desde la “limpieza” de la Universidad del Sur y los colegios secundarios, “hasta los jardines de infantes”.

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