Guantánamo sin datos de presos en huelga de hambre: “Los detenidos manipulan a los medios”

“Dábamos una cifra diaria, pero los detenidos manipulan a menudo a los medios”, afirmó el contralmirante Kyle Cozad, que desde hace tres meses comanda el establecimiento, y que negó dar la información ante consultas de la agencia AFP. “Ya no hablamos de esto”, insistió.

La decisión se conoce tras los insistentes reclamos de organizaciones de derechos humanos en el mundo, que exigen se sepa lo que ocurre cuando los presos hacen huelga de hambre, en tanto hay prueba fehaciente que son alimentados con sonda, algo catalogado como de extrema crueldad. Los peores momentos se vivieron el año pasado cuando más de dos tercios de la población recluida cumplió una huelga de hambre decididos a acabar con sus vidas, pero 46 detenidos fueron atados y alimentados por sonda sistemáticamente para evitar se cumpliera la decisión de los presos.

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“La decisión de alimentar por sonda no se tomaba únicamente por las declaraciones de un detenido, sino que se basaba en factores varios y, antes que nada, en una evaluación médica. Se trata de una preocupación médica y es la única razón por la cual decidimos alimentar así a un preso. Cuando vuelven a comer o recuperan su condición estable los sacamos de la lista”, señaló Cozad, según reveló AFP cuyos cronistas fueron recibidos en Guantánamo por las autoridades.

El contralmirante y director del establecimiento, añadió que en tanto están “en un lugar aislado” no existen posibilidades inmediatas de “una evacuación sanitaria de alguien enfermo a raíz de un ayuno no religioso”, lo que usó como argumento de su decisión.

Recordó también que una jueza federal en Washington acaba de avalar esa decisión de alimentación forzosa, después que el sirio Abu Dhiab, reclamó no ser alimentado más a la fuerza, algo que equipara a torturas sistemáticas. Pese a ello la jueza autorizó seguirle alimentando a la fuerza “por necesidad médica”. La jueza ordenó no obstante que se divulgaran los videos clasificados donde se mostraba el momento de alimentar a los presos con sonda, pero Washington logró por otras vías postergar esa publicación.

Los presos son llevados de la celda para amarrarlos a una “silla de contención” donde se les introduce una sonda que va de la nariz al estómago, durante 20 minutos aproximadamente.