Dilma reelecta rechaza que la elección dividiera Brasil en dos bloques y apunta a la unidad

“No creo sinceramente, desde el fondo de mi corazón, que estas elecciones hayan dividido al país al medio. Entiendo que se hayan movilizado ideas y emociones, a veces contradictorias, pero movidas por un sentimiento mayor: la búsqueda de un futuro mejor para el país”, afirmó Dilma.

La reelecta, que se mostró emocionada cuando agradeció a sus compañeros del Partido de los Trabajadores, también tuvo palabras de agradecimiento para los demás partidos, incluyendo la oposición, pero puso especial énfasis cuando refirió “al militante número uno del pueblo brasileño: el presidente Lula”.

Dilma gana con el 51,64% de los votos, mientras Aécio alcanzó el 48,36%, en lo que además de haber sido las elecciones más ajustadas de Brasil en materia de preferencias, parece haber dejado en muchos la concepción que se consolidaron dos bloques que difícilmente parece puedan convivir tanto en materia social como económica.

El PT mantiene la mayoría en el Congreso, tanto en Diputados como en el Senado, y ahora todos aguardan saber si el PMDB, el partido con mayor cantidad de votos, se suma a la línea oficial o se mantiene en una oposición cautelosa: la gobernabilidad parece ser la dificultad mayor en el futuro inmediato, en función de la necesidad de alianzas que la garanticen.

La unión, la apertura, el diálogo, la reforma: todo recomienza

La presidenta Dilma enfatizó que más allá de los resultados que pueden parece para muchos la división, es “la hora de la unión a la apertura y al diálogo”. Remarcó en ese sentido que “el calor librado al fragor de la disputa puede ser transformado en energía positiva para un nuevo momento de Brasil”, como lo consideró.

«Esta presidenta está dispuesta al diálogo y es éste mi primer compromiso en el segundo mandato (…) No olvido que la palabra más mencionada durante la campaña fue cambio. En lugar de ampliar las diferencias, tengo una fuerte esperanza de que creamos las condiciones para unirnos”. Interpretó en esa concepción que “toda elección tiene que ser vista como una forma pacífica y segura de cambio de un país, principalmente para nosotros, que vivimos en una de las democracias más grandes del mundo”.

En esa línea de cambios comprometidos, Dilma priorizó como “la más importante de las reformas”, un nuevo contenido para las normas contra la corrupción. “Tendré un compromiso riguroso con el combate a la corrupción y con el fortalecimiento de los mecanismos de control para acabar con la impunidad, que es su gran protectora”, enfatizó.

El otro punto clave de la campaña –la economía-fue recordado por la reelecta mandataria, que prometió “acciones focalizadas” para enfrentar la inflación particularmente. Además no dejó atrás a los empresarios, que fueron fuertes opositores y sustento de Aécio- a los que apoyará “para que nos sea posible retomar el crecimiento, garantizando el alto desempleo y asegurando también que se valoricen los salarios. Vamos a impulsar la actividad económica, en todos los sectores, sobre todo en el sector industrial”, indicó.