EPIDEMIA

El miedo se expande mucho más rápido que el ébola y arrasa Estados Unidos

Una campaña política sin apretones de manos ni abrazos, escuelas cerradas, aviones y cruceros aislados, funcionarios en huelga por seguridad y una paranoia que ni el terrorismo había causado, avanza de costa a costa más rápido que el mismo virus.

Una paranoia que ni el terrorismo había causado, avanza de costa a costa más rápido que el mismo virus.

Aunque el mismo presidente Obama ha salido a la palestra pública pidiendo calma porque “los riesgos que contraigan el ébola, las posibilidades que lleguemos a tener un brote serio, son extremadamente bajas”, la gente prefiere curarse en salud antes que confiar en el mandatario, y las consecuencias del miedo se sienten por doquier.

Los mismo políticos que debieran dar el ejemplo, están entre los primeros en dar la espalda a la tranquilidad que quiere inspirar Obama: en Texas, el candidato independiente al Congreso Eric Williams, apunta a una campaña electoral “libre de contactos”, sin abrazos, ni siquiera un apretón de manos para evitar toda posibilidad de contagio. En Ohio, las escuelas han cerrado, después de enterarse en varias de ellas que sus maestros y alumnos habían viajado en la misma aeronave que la segunda enfermera que se contagió en Estados Unidos.

En el aeropuerto La Guardia, en Nueva York, doscientos trabajadores que limpian las cabinas de los aviones se declararon en huelga, por falta de elementos de protección que consideran imprescindibles al tener que atender vuelos procedentes de áreas contaminadas, y otras que aún cuando no lo estén podrían ser escala de pasajeros contagiados.

Una encuesta publicada por el Washington Post, revela que dos tercios de los estadounidenses están preocupados por una eventual epidemia de ébola en el país y casi la mitad de los consultados temen por ellos o sus familias, ante la expansión del mal.

Un factor de exportación que los vecinos no quieren recibir

Mientras tanto en las últimas horas, un crucero de turismo de la empresa Carnival, que partió de Miami rumbo a Belice y Cozumel, en México, fue rechazado en los dos puertos de atraque, al confirmarse que a bordo había una trabajadora de salud que estuvo en contacto con un enfermo de ébola que murió en Dallas. “La trabajadora de la salud de Texas a bordo sigue sin mostrar síntomas de la enfermedad y no supone ningún riesgo para las personas o la tripulación a bordo”, dice un comunicado de Carnival, pese a lo cual unas 5.500 personas a bordo han sido mantenidas fuera de las radas portuarias de Belice y de México por orden de las autoridades locales.

El crucero Varnival Magic, con 4.177 pasajeros y 1300 tripulantes, navega ahora rumbo a Galveston, Texas, con la pasajera –una técnica en salud que manipuló muestras de orina de Duncan Thomas, el primer fallecido en EE.UU.- en aislamiento en su camarote.

“En ningún momento esta persona ha mostrado síntomas o signos de infección y ya han pasado 19 días desde que estaba en el laboratorio con las muestras”, agregó Carnival, en referencia al tema

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