Estado Islámico justifica por “razones religiosas” esclavitud y venta de familias yazidíes

Según la publicación de los yahidistas, es válido argumentar “razones religiosas” para esclavizar a los “idólatras” cuando éstos pierden en la guerra, algo que están concretando contra familias enteras –especialmente mujeres y niñas- de la minoría yazidí, las que son remitidas a Siria, para su venta en el mercado local.

Las prácticas han sido denunciadas particularmente por Human Rights Watch, contra los yazidíes de la región del Sinjar, en Irak, donde incontables adolescentes han sido obligadas a satisfacer las demandas de los combatientes radicales.

Un impuesto “tradicional” sobre los botines de guerra

“Después de la captura, las mujeres y los niños yazidíes fueron divididos según la Shariah entre los combatientes del Estado Islámico que participaron en las operaciones en Sinjar, luego de que un quinto de los esclavos fueron transferidos a la autoridad del Estado Islámico para ser divididos como khums», dice el portal de noticias de los yahidista.

El “khum” (un quinto en árabe), es considerado un impuesto “tradicional” sobre los botines de guerra. Añade el texto en inglés de la página web, que se trata de la primera “esclavitud de familias idólatras desde que se había abandonado la Shariah”, o ley de interpretación del Corán, según el líder religioso de turno.

Si bien la gran mayoría de los imanes, y líderes religiosos del Islam, han declarado su oposición a estas interpretaciones, el EI, tiene por máxima autoridad al novel califa Abu Bakr al-Baghdadi, que se atribuye la interpretación cabal para los suníes del texto sagrado, además de la conducción religiosa y política de todo el mundo musulmán.

El califa ha tenido además muy reciente notoriedad al dictar las normas para los periodistas que quieran trabajar en territorio ocupado por el EI, para lo cual deben antes que todo lo demás “jurar lealtad” a su autoridad, y pasar a considerarse “sujetos del Estado Islámico” y bajo la “supervisión exclusiva de las oficinas de prensa del EI”, con prohibición total de trabajar “de cualquier manera” con canales de televisión o medios vinculados a la lucha contra países islámicos.