NOBEL DE LA PAZ

Kailash Satyarthi, el hindú hasta ahora desconocido que dedica su vida a rescatar niños esclavos

A Malala la conocía el mundo, por su tragedia, pero la conocía. Pero a Kailash, Occidente, y su propia India, le niegan protagonismo. Es que se dedica a rescatar niños esclavos: algo a lo que miles de empresas que usan trabajo esclavo infantil prefieren mirar de costado.

Su organización es temida por los esclavistas y los empresarios explotadores de menores en toda India/ Foto: AFP

Nacido en Madhya Preadesh, en 1954, es el único clamor de millones de niños que trabajan en las multinacionales de las potencias, manufacturando el calzado deportivo, los smartphones, e innumerables artículos más que consumimos y cuyas marcas se declararían horrorizadas de tener que reconocer que algún esclavo menor de edad, ha sido obligado a trabajar para producir lo que venden.

Hay 168 millones de niños trabajadores en el mundo, y del porcentaje de semi esclavitud, al de plena falta de condición humana alguna, es sumamente difícil de establecer. Y si la Humanidad puede reconocer el avance de 655 millones de niños escolarizados en primaria al comenzar el siglo (84,5%), al actual 691 millones de 2010 (90,7%), también es cierto que hay casi 61 millones que aún no conocen lo que es la escuela, la mitad en el África subsahariana, y un quinto en el sur de Asia, lo peores índices.

Pero increíblemente, datos más aterradores aún son los de la Organización Mundial del Trabajo, de casi 170 millones de niños explotados en el mundo, 85 millones de ellos en trabajos peligrosos. De estos niños, 78 millones están en Asia y el Pacífico, más de un 9% de la población infantil total.

En África Subsahariana, un cada cinco niños trabaja, un total de 59 millones de pequeños. En la India, 60 millones de niños, el 6% de la población son esclavizados en el trabajo. Y según afirma el propio Premio Nobel 2014, ello no es por la ignorancia de los padres, ni por pobreza o analfabetismo: los empresarios los compran para tenerlos pagándoles una miseria y dándoles un refugio donde vivirán, o simplemente no pagándoles nada, solo algo de comida y dejándolos a dormir en las mismas máquinas que trabajan. «Y no es solo un problema de la India», enfatizó el Nobel.

Abandonar la electrónica y dedicarse a ayudar al prójimo más débil

«Desde que era niño me llenaba de rabia e impotencia ver que otros niños de mi edad tuvieran que trabajar y no pudieran ir a la escuela como yo», afirma Kailash que trabajó como ingeniero electricista, pero abandonó todo para dedicarse a ayudar a niños víctimas de explotación laboral en 1980.

El Movimiento por la Salvación de la Infancia, que fundó es una ONG que se estima ha rescatado a más de 80.000 menores. Seguidor de la filosofía del Mahatma Gandhi, está convencido que «los niños son explotados por ser la fuerza de trabajo más barata, y porque son los más vulnerables, física y mentalmente».

Su organización es temida por los esclavistas y los empresarios explotadores de menores en toda India: constantes denuncias ante la policía de los lugares donde esconden niños, campañas para que los turistas no compren en India manufacturas de compañías que explotan menores, y una constante prédica en la prensa para que se respete a los niños, han significado un cambio ahora reconocido en el destino de miles.

Satyarthi lidera la campaña de etiquetado de productos «libre de explotación infantil», y desarrolla los programas de «aldeas amigables con los niños» que trabajan en las zonas rurales, de donde proviene la mayoría de los niños víctimas de tráfico de menores.

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