Mientras el planeta marcha hacia la catástrofe, los políticos solo observan

 

Roma, oct. 2014 – Si fuese necesario demostrar que estamos ante la total ausencia de una gobernanza global, la Cumbre Mundial sobre el Clima, convocada excepcionalmente por el inerte Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, sería un muy buen ejemplo.

Parece claro que ha despertado finalmente a los líderes políticos ante la evidencia de que hay un problema muy urgente, el cambio climático conjunto en nuestro planeta. Sin embargo, la falta de respuestas concretas, además del uso de lugares comunes generales sobre el tema, ha sido impresionante.

Sin dejar de reconocer el problema, muchos líderes han encontrado una manera de esquivar su responsabilidad indicando limitaciones en sus países. Esa fue la fórmula a la que recurrió  Barack Obama para dejar en claro que el Congreso estadounidense no estaría dispuesto a ratificar un tratado internacional sobre el clima.

Por supuesto, la ratificación  es válida para cualquier tratado internacional. Pero en este caso se trata de que el Congreso no acepta la vinculación de los EE.UU. debido a su destino excepcional, que no permite que sea objeto de escrutinio o control por parte de quienes no son ciudadanos americanos. Estados Unidos se ha convertido en un país disfuncional, donde el poder judicial, legislativo y ejecutivo no logra cooperar, incluso en temas cruciales.

Anant Geete, nuevo ministro indio de Industrias Pesadas y Empresas Públicas, afirmó que el crecimiento de su país tiene prioridad sobre cualquier otra cosa, y por lo tanto la India seguirá el camino de la industrialización y la energía completamente basada en el carbón, mientras que otras energías renovables surgirán progresivamente, incluso si esto hará que de la India eventualmente se convierta en la mayor contaminadora  mundial.

La Unión Europea no puede hacer ningún tipo de compromiso, ya que una nueva Comisión debe a asumir el mes próximo  y la persona designada para el puesto de Comisario para la Acción Climática y Energía fue el conservador español Miguel Arias Cañete, uno de los principales accionistas en dos empresas petroleras españolas – Petrolifera Ducal y Petrologis Canarias – hasta que vendió sus acciones para apuntalar el apoyo a su candidatura.

Ningún problema, ya que la esposa, el hijo y el cuñado de Cañete, no siguieron este  ejemplo y se mantienen como accionistas e incluso ocupan puestos en los consejos de administración de las empresas.

De acuerdo con esta misma sensibilidad política, la nueva más conservadora Comisión Europea ha dado la cartera de Servicios Financieros al bien conocido lobbista de la City de Londres, Lord Jonathan Hill.

Tal procedimiento de compromisos políticos es como designar al Conde Drácula administrador de un banco de sangre,  difícilmente un sistema en que sea probable recurrir a los donantes!

Lo triste es que no hubo falta de documentos de base para la Cumbre del Clima de la ONU.

Además de un informe elaborado por el Consejo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, que reúne a 3.200 científicos de todo el mundo,  había por ejemplo, un informe preparado por el Ministerio español de Agricultura (que claramente no es una cartera de un gobierno de izquierda), basado en un detallado estudio de las áreas costeras españolas, que concluye que en 2050 el nivel del mar Mediterráneo subirá un mínimo de 30 centímetros (si se toman las medidas de control climático ahora) hasta un máximo de 60 centímetros (si no se toman medidas).

Eso significa que la costa retrocederá entre 20 y 40 metros, con un efecto evidente en el turismo, los puertos y los asentamientos costeros. Hace cien años, sólo se utilizaba 12 por ciento de la costa, llegando a 20 por ciento en 1950,  a 35 por ciento en 1988 y 75 por ciento en 2006.  En España, 15 millones de personas viven en la zona que se verá afectada por el cambio climático.

Obviamente, Francia, Grecia, Italia, Túnez y el resto de países mediterráneos compartirán el mismo destino.

Otro estudio más global,  realizado por el grupo de investigación de Estados Unidos Climate Central,  basado en datos más detallados del nivel del mar y que ha estado disponible previamente, informa que aproximadamente uno de cada 40  habitantes  en el mundo,  cerca de 177 millones de personas,  vive en un área que será susceptible a inundaciones en los próximos 100 años.

Incluso si se tomaran medidas inmediatas para el control climático, 1,9 por ciento de la población de los países ribereños se vería afectada. En el peor de los casos, la cifra sería de 3,1 por ciento. Para dar un ejemplo concreto, cuatro por ciento de la población china, 50 millones de personas,  podrían verse afectadas. Ocho de los 10 grandes países con mayor riesgo se encuentran en Asia.

La voz de Abdulla Yameen, presidente de las Maldivas, en gran medida pasó a letra muerta  cuando recordó a los líderes en la Cumbre del Clima que los pequeños países insulares — que serían los primeros en sufrir de cualquier aumento de los niveles del mar—han constituido  una federación para defender su derecho a existir.

Toda una nueva generación ha nacido desde que se inició el debate sobre el cambio climático, pero no hay señales de que la situación está mejorando.

En una década, de 2002 a 2012, las emisiones globales de CO2 aumentaron en promedio 2,7 por ciento. En 2013, las emisiones eran las más altas de los últimos 30 años. Aún así, el sector de la energía está montando una fuerte campaña para negar que haya algún cambio climático.

Los negadores del cambio climático dicen que lo que está sucediendo es parte de un ciclo histórico normal, no el resultado de la actividad humana. Todos los datos que demuestran lo contrario están siendo ignorados y el resultado de esta campaña es que muchas personas creen que el debate sobre la cuestión sigue abierto.

Tal vez lo que pasó hace unos días entre Google y el American Legislative Exchange Council (Consejo Americano de Intercambio Legislativo – ALEC) es sintomático de este «ciclo histórico normal».

El 22 de septiembre, el presidente de Google, Eric Schmidt, anunció que esa empresa de alta tecnología se retiraba de ALEC, explicando que «todo el mundo entiende se está produciendo un cambio climático y las personas que lo niegan están realmente haciendo daño a nuestros hijos y a nuestros nietos y contribuyendo para hacer del mundo un lugar mucho peor. Por lo tanto,  no debemos alinear con esas personas,  porque simplemente están mintiendo».

ALEC es una organización conservadora que ha instado a la derogación de las normas de energía renovable estatales y otras políticas pro-renovables. Este Consejo elabora las propuestas de reglamentación que presenta a los políticos, pidiéndoles que hagan tan sólo el esfuerzo de convertirlas en ley.

En reacción a la decisión de Google, Lisa B. Nelson, CEO de ALEC, dijo: «Es lamentable saber que Google ha puesto fin a su afiliación en el Consejo de Intercambio Legislativo estadounidense como consecuencia de la presión pública de individuos y organizaciones de izquierda que intencionalmente confunden las perspectivas de la política de libre mercado con la negación del cambio climático».

En palabras simples, si una persona está preocupada por el cambio climático, es calificada como un izquierdista que está  en contra del mercado!

El hecho es que los ejecutivos de muchas grandes empresas están muy por encima de los líderes políticos. Ellos pueden tomar decisiones sin trabas de restricción política y han descubierto que trabajar en sentido del control climático, es útil no sólo en términos de relaciones públicas, sino también económicamente.

Por ejemplo, cuarenta grandes empresas, entre ellas l’Oreal y Nestlé, emitieron una declaración el 23 de septiembre comprometiéndose a ayudar a reducir la deforestación tropical a la mitad para el año 2020 y detenerlo completamente hacia 2030.  Algunas de estas empresas trabajan con aceite de palma, una producción rentable a expensas de los bosques tropicales, especialmente en Indonesia.

De hecho, tan sólo algunas corporaciones fueron las que asumieron algunos compromisos concretos en la Cumbre de Nueva York.

El CEO de Apple, Timothy Cook, dijo que su empresa se había comprometido a centrarse en las emisiones de sus principales proveedores, que representan alrededor del 70 por ciento de los gases de efecto invernadero provenientes de la producción y el uso de productos de la compañía.

Cook rechazó la idea de que la sociedad debe elegir entre el crecimiento económico y la protección del medio ambiente, dando como ejemplo una enorme granja solar que su empresa construyó en Carolina del Norte para ayudar a accionar un centro de datos. «La gente nos dijo que esto no podría suceder, que no era posible, pero lo hicimos. Es muy bueno para el medio ambiente y por cierto también es bueno para la economía. »

Para no ser menos, Cargill, la gran procesadora de productos básicos estadounidense, se comprometió a ir aún más lejos en un compromiso ya existente de no deforestación en el proceso del aceite de palma y extenderla para cubrir todos sus productos agrícolas. En conjunto con otras empresas de procesamiento de aceite de palma de Indonesia, Cargill ha pedido al gobierno indonesio a sea más duro en relación a la deforestación.

Entre tanto, muchas voces de todo el planeta no han  permanecido indiferentes y en silencio sobre el tema. Salvaguardar el medio ambiente ha sido durante mucho tiempo una bandera de lucha para una gran parte de la sociedad civil en todo el mundo y una de las principales causas de preocupación entre las generaciones más jóvenes.

Los cientos de miles de personas que salieron a las calles en todo el mundo antes de la Cumbre de Nueva York en solidaridad con la urgente necesidad de hacer algo sobre el clima, no eran un mero producto de la imaginación de los medios. Pero ¿por qué fueron tan claramente invisibles para quienes toman las decisiones en el planeta?

La próxima fecha importante para la  agenda del clima es la Conferencia de Cambio Climático de la ONU (COP21) que se celebrará en París en 2015. ¿Nuestros dirigentes políticos de nuevo van a desperdiciar la oportunidad de hacer algo concreto?  ¿Continuarán a esperar y ver como el tiempo se agota para el planeta y para la humanidad?

 

 

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Roberto Savio
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