Interpol se suma en África a lucha contra caza furtiva y tráfico ilegal
La entidad de policía internacional concluyó la formación de una unidad especializada para luchar contra el comercio de especies silvestres y el tráfico de marfil.
La unidad de policía que dispondrá desde ahora Interpol, tendrá su sede en Nairobi, Kenya, uno de los países más afectados por un tráfico que reporta decenas de miles de millones de dólares al año, según los informes de ONU.
La Oficina de Seguridad Ambiental de Interpol, será un centro de lucha en África contra las organizaciones internacionales, dedicadas principalmente a la caza ilegal de rinocerontes y elefantes, por el marfil, así como de leones y distintas especies que están en fuerte retroceso, debido a los cazadores.
«Esta iniciativa permitirá a la Interpol planificar operaciones contra las redes de crimen organizado, y esperamos ofrecer un fuerte soporte a los gobiernos de África Oriental principalmente», afirmó el jefe de la nueva unidad, David Higgins.
Kenya y la vecina Tanzania, están identificadas como las áreas de mayor salida de marfil, rumbo a los principales mercados negros receptores asiáticos, en China, Tailandia y Vietnam. En 2013, se comercializaron ilegalmente más de 50 toneladas de marfil, un récord histórico, según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
En las mismas rutas que el narcotráfico y las armas ilegales
El equipo de Interpol creado, dependerá de la Oficina Central, y se integrará de inmediato en el «Project Wisdom» (Proyecto Esperanza), que concreta redes de protección ambiental, además de combatir activamente en forma regional el creciente problema.
En ocasión de inaugurar el bureau, el embajador británico en Kenya, Christian Turner, dijo que su gobierno se involucrará a fondo para perseguir a los furtivos, ya que existen intereses que van más allá del problema de la fauna silvestre.
«Es un tema que no solamente está afectando a la conservación del medio ambiente sino también a aspectos económicos y de la seguridad, en tanto estas redes de criminales utilizan las mismas rutas que los narcotraficantes y quienes se dedican al tráfico de armas», explicó.
Recordó además que la caza ilegal está matando más de 30.000 elefantes cada año en África y que la tendencia se mantendría este año, según publicó el Servicio de Vida Silvestre, de Kenya, lo que obliga a urgentes medidas, ya que la capacidad de recuperación natural de la especie es insuficiente para evitar su desaparición en el corto plazo.
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