Servicio de Salud de EE.UU. ante fuertes críticas por «dejar ir para la casa» al paciente con ébola en Texas

Las autoridades han abierto una investigación para establecer cómo el hombre, que había llegado de la zona africana de mayor peligro, fue enviado a su casa, pese a que advirtió a los profesionales de la salud en el hospital, adonde había estado.

«Si el médico hubiera preguntado por algún reciente viaje fuera del país y ésta hubiera dicho «volví de Liberia» era más que una bandera roja para considerar la posibilidad» del ébola, dijo el Jefe del Instituto Nacional para Alergias y Enfermedades Infecciosas. Anthony Fauci, a la cadena CNN. «Debemos garantizar que los médicos estén al tanto que tenemos el problema, que hay una epidemia en África y que la gente estará llegando a Estados Unidos, sin los síntomas«, añadió.

Sin embargo la situación tomó peor cariz, cuando el vicepresidente del Texas Health Resources, Mark Lester, reconoció que el paciente «dijo voluntariamente que había viajado desde África a la enfermera que hacía los controles, pero esta información no fue comunicada al resto del equipo«. Otra fuente hospitalaria ratificó a la prensa que el hombre dijo haber vuelto de África pero que el equipo médico desestimó el asunto.

Una historia poco digna para un hospital del primer mundo

El paciente, que se encuentra internado ahora en grave estado según los últimos informes, llegó al hospital el 24 de septiembre, aquejado de varios síntomas, pero después de dos días en observación, lo mandaron para la casa con una receta de antibióticos. Antes de las siguientes 48 horas debió ser internado: se lo sometió a las pruebas de ébola que dieron positivas.

De momento todo el personal de salud que le atendió ha sido sometido a tests, que dieron negativos. Sin embargo el hombre durante un período que ya era de potencial contagio, habría estado en contacto con hasta 80 personas, todos los que son rastreados por la autoridad sanitaria de Dallas. Fuentes estatales reconocieron que hay cuatro familiares del enfermo, puestos en cuarentena en sus domicilios y que no pueden salir de su casa hasta el 19 de octubre, en principio.

El gobernador de Texas, el republicano Rick Perry, salió a la palestra para garantizar a los texanos que se están empleando «todos los medios necesarios» para evitar la propagación de la enfermedad, aunque reconoció que lo ocurrido «es muy serio».