PERIODISMO

Procesado por reproducir en un libro agresiones contra presidente

Seguramente si alguien insulta a un presidente será pasible de arresto o al menos el inicio de un enjuiciamiento. El tema es cuando se procesa a alguien por reproducir en un libro frases y eslóganes que le son ajenos.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.

Esto fue lo que ocurrió en Estambul con el periodista Erol Ozkaray quien fue finalmente condenado a casi un año de prisión por “insultar al presidente Recep Tayyip Erdogan”.

El Segundo Tribunal Penal de Primera Instancia lo condenó a pesar de que el periodista no es el inventor de las palabras en el libro “Individualización y Democracia: El fenómeno Gezi” sino que en el mismo se reproducen eslóganes, pintadas y consignas que el tribunal consideró ofensivas para el entonces primer ministro de Turquía.

De acuerdo a las versiones reproducidas a nivel internacional, el periodista no tendrá, de todas formas, que ingresar en prisión, por ahora, al tratarse de una pena inferior al año.

Antecedentes

Erdogan tiene un largo historial a la hora de llevar a juicio a aquellos que osan criticarle, con más de dos mil procesos abiertos contra caricaturistas y miembros de la prensa en la última década. El incidente, además, se produce apenas unos días después de que el «New York Times» denunciase la campaña de acoso y amenazas contra su reportera Ceylan Yeginsu, uno de cuyos artículos Erdogan calificó de «vergonzoso, inmoral, una traición». No es el único caso: en el último año y medio, periodistas de «The Economist», la BBC, «Der Spiegel» y la CNN han sido objeto de campañas similares tras haber sido señalados públicamente por Erdogan y otros miembros del gobierno.

Esta misma semana, representantes de Reporteros Sin Fronteras, el PEN Club y Article 19, tres organizaciones dedicadas a la defensa de la libertad de expresión, han escrito una carta a Erdogan, quejándose del trato dispensado a Yeginsu. «Hay una preocupante tendencia a empañar públicamente la reputación de los periodistas en Turquía, incluyendo amenazas a sus vidas», dice la carta, señalando que este último caso «no es un hecho aislado». Abc.es

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