NACIONES UNIDAS

Asamblea General relega visión latinoamericana de cambios ante Estado Islámico y prioriza más guerra desde las potencias

Las aspiraciones de los países latinoamericanos para que se trate una reforma del sistema de las Naciones Unidas y de su Consejo de Seguridad, quedan relegadas a un segundo plano ante el interés de las grandes potencias frente al Estado Islámico y el brote de ébola.

Asamblea General de las Naciones Unidas/ Foto: AFP

Los mandatarios de las potencias que han hecho uso de la palabra el miércoles focalizaron la amenaza del EI, como algo que atañe a todas las naciones del mundo, pero sin dedicar atención a los problemas organizativos que denuncian las naciones en desarrollo por los que el Consejo de Seguridad no ha podido enfrentar sucesivas crisis.

Este jueves, los discursos de los presidentes de Colombia, Perú, Panamá y Guatemala, podrían volver al tapete al menos por un rato las urgencias de cambio para una eficiencia real, pero nadie tiene demasiadas expectativas que el tema de fondo sea tratado –la reforma del Consejo de Seguridad- que continuará ocupado por las potencias y sus discursos antiterroristas.

La Unión Europea, tiene su discurso en la jornada con lo que el Estado Islámico, y eventualmente la crisis de Ucrania, serán convertidos en epicentro del debate.

Latinoamérica reclamó en la primera jornada que la ONU cambie su estrategia y asuma mayor liderazgo internacional ante los conflictos, algo que el propio Secretario General, Ban Ki-moon, compartió con una demoledora aseveración: “Puede parecer que el mundo se está viniendo abajo”.

En paralelo a la sesión principales celebra una reunión entre dirigentes mundiales y organizaciones sanitarias buscando que el brote de ébola en África, sea detenido.

Dilma lidera el impulso latinoamericano por las reformas

La presidenta de Brasil Dilma Rousseff, abrió los debates con un llamado de atención, reclamando la reforma inmediata del Consejo de Seguridad, y de otras instituciones de ONU, en el entendido que “el reparto del poder actual es inaceptable”.

Dilma consideró llegada la hora de “una verdadera reforma del Consejo de Seguridad para darle eficacia. “Existe un grave riesgo de parálisis e ineficacia del Consejo de Seguridad: darle mayor representación y legitimidad le haría más eficaz. El retraso en la extensión del derecho de voto a los países en desarrollo es inaceptable. Estas instituciones corren peligro de perder su legitimidad y eficacia (…) Las intervenciones militares no permiten avanzar hacia la paz, sino que vemos que los conflictos se agravan con consecuencias humanitarias”, sentenció.

Brasil reclama ser miembro permanente del Consejo, pero las potencias lo han relegado.
La presidenta chilena enfatizó por su parte que si bien “la ONU sigue siendo un foro insustituible, el Consejo de Seguridad no ha sido capaz de actuar con la unidad de sus miembros”. Michelle Bachelet dijo que la reforma del Consejo “es tarea pendiente que exige decisión política y acción”.

Los presidentes de Costa Rica y de Honduras por su parte hicieron referencia directa a la crisis humanitaria de los niños que cruzan la frontera con EE.UU. y pidieron la creación de una fuerza multinacional para enfrentar al narcotráfico.

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