REFERÉNDUM

Escocia vota “No” y se queda dentro del Reino Unido, liderando grandes cambios

Los partidarios del Pro-Union celebran la victoria en el referéndum / Foto: AFP

Los escoceses que desearon quedarse bajo la Corona británica y no ser independientes, superaron el 53% de los votos en el referéndum que aspiraba dejar atrás 300 años de gobierno de Londres.

La decisión de los escoceses abre sin embargo una gigantesca brecha en el espíritu ciudadano de la nación, donde el margen tan estrecho determina que triunfadores y derrotados compartirán codo a codo, el futuro nacional. El 46% de los escoceses que votaron por el “Si” han declarado pensar que la autodeterminación era el mejor camino para evitar los sufrimientos que padecen bajo el gobierno de Londres, pero ahora comienzan a apuntar que los políticos que para esta campaña llegaron desde Inglaterra, han prometido grandes cambios en el tema, si –como ocurre- los escoceses se mantienen bajo la Corona.

Ciertamente, los líderes de los principales partidos británicos, David Cameron, Ed Miliband y Nick Clegg, viajaron durante las últimas semanas, más que nunca antes a Escocia, donde en sus discursos prometieron nuevos poderes autonómicos para los escoceses, entre los que se incluyen impuestos, autogestión administrativa y de gastos, y mayor bienestar social, particularmente en los temas de la atención sanitaria.

El gobierno de Londres, se ha comprometido además a otorgar más recursos a los servicios públicos escoceses, una nación que si bien genera con la explotación de hidrocarburos en sus costas, buena parte de los ingresos estatales de las Islas Británicas, no accede a esas ganancias ni siquiera parar cubrir sus necesidades, según afirman.

El punto más álgido es la transformación de la salud pública

El Servicio Nacional de Salud Británico, es el corazón de la madeja del ovillo de diferencias entre Londres y el gobierno escocés. El Parlamento de Escocia aspira tener la decisión final en todo lo referido al gasto de salud para los escoceses, algo que se ha visto recortado de forma drástica desde la capital inglesa.

Más allá del debate que ello ahora implica, y de las promesas a cumplir, los analistas observan que en una ironía del destino, el líder del Partido Nacional de Escocia y cabeza visible del movimiento independentista –Alex Salmond- ha ganado la partida. Aunque no habrá independencia, el movimiento nacionalista escocés está más fortalecido que nunca antes y Escocia tendrá más poderes de decisión sobre su propio destino, además de abrir la puerta a un futuro de miles de jóvenes que hasta ahora habían sido indiferentes a la política y que ahora han concurrido a votar, lo que estimula el aperturismo del futuro.

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