Ocho de cada diez negros en EE.UU. ve al racismo como un problema aún pendiente
La muerte de un segundo joven negro por parte de la policía en los incidentes surgidos tras la ejecución policial de otro la semana anterior, abrió las heridas raciales en la primera potencia del planeta.
Las protestas masivas ante la muerte de un joven afroamericano en Saint Louis, Missouri, dieron respuesta desde un principio a un reclamo por la excesiva violencia que despliega la policía en su actuación, pero también reabrió heridas que parecían curadas, dentro de la sociedad estadounidense.
Mientras el 80% de los afrodescendientes cree –según una encuesta del centro de investigaciones Pew Center- que el incidente que dejó muerto a un primer joven negro y los incidentes desde entonces “plantean importantes asuntos sobre la raza que tienen que debatirse”; solamente el 37% de los blancos encuestados opina lo mismo.
Para el 47% de los blancos entrevistados en distintos estados, el asunto racial recibe más atención de la que “realmente merece”.
La conducta de la policía tiene distintos juicios según la raza
En un momento que además de la conducta policial, está cuestionada la investigación posterior sobre el tiroteo, el 65% de los ciudadanos afrodescendientes cree que esta vez “la policía ha ido demasiado lejos”, pero solamente algo más de la mitad –un 35%- entre los blancos cree lo mismo.
Los blancos han mostrado mucha más confianza –el triple- en la investigación ordenada entre los policías, que hacen otros policías, que los negros: el 52% de los blancos confía, pero solamente un 18% de afrodescendientes cree que la investigación de las autoridades será imparcial.
Mientras tanto también la adhesión política refleja divisiones: entre los demócratas, el 68% cree que el caso de los jóvenes muertos muestra que hay importantes aspectos raciales a discutir. Entre los republicanos el 66% afirma que al tema racial se le está dando más importancia de la que merece.
Te recomendamos
La cadena nacional de Javier Milei: entre el tono mesiánico y la autoalabanza
El mandatario ultraderechista habla en tono triunfal, mesiánico y, casi siempre, autocomplaciente: asegura que sus cambios son “históricos” y cuela en el discurso pasajes místicos y diatribas contra sus detractores.
Compartí tu opinión con toda la comunidad