EJEMPLIFICANDO

Suecia: padre aparta a sus hijos de videojuegos bélicos llevándolos a Franja de Gaza

Un profesor universitario sueco, que no sabía cómo reeducar a sus hijos adictos a los videojuegos de guerra decidió llevarlos a Gaza para que comprendiera la dura realidad.

Un padre sueco intenta apartar a sus hijos de la adicción a los videojuegos bélicos

Carl-Magnus Helgegren, es un docente y periodista sueco que buscó por todas las formas alejar a sus hijos de 10 y 11 años de edad, de los videojuegos bélicos, a los cuales los adolescentes eran adictos a nivel casi patológico, entendía el profesor.

Como ni sus conocimientos docentes, ni todas las consultas que logró hacer en Suecia, ni en la Internet, encontraban solución al problema, el hombre decidió “tomar el toro por los cuernos” y decidió una medida extrema: viajar a Israel, a los territorios palestinos y al área de Siria ocupada, para que los jovencitos comprendieran la realidad de las cosas y entregaran sus “armas” y optaran por la paz como tendencia lúdica.

Una forma de educación al borde de “la letra con sangre entra”

El profesor Helgegren relata que “estábamos sentados en la mesa a la hora de la cena el pasado otoño, cuando mis hijos empezaron a describir el videojuego que querían les comprara. Se llama Call of Duty, y los chicos no paraban de hablar de sus armas, misiones y matanzas, con una fascinación enfermiza”. El docente que en su juventud fue periodista free-lance, en Medio Oriente. “Yo también creía cuando miraba televisión de jóven que ir a la guerra era una aventura, y cuando fui, a los 29 años, me di cuenta que no tenía la más mínima idea de lo que realmente era la guerra. Y que mis hijos de algún modo pasaban por lo mismo”.

Así, planeó el viaje que lo llevó a que sus hijos se entrevistaran con gente que estaba padeciendo la guerra, que vivía en campos de refugiados, e incluso que estaban baldados o habían perdido sus familiares.“Fuimos lo más cerca de la guerra que se puede estar con un pasaje de turista”, relata. A la vuelta los chicos habían desistido de seguir con sus juegos belicistas en video.

“Después de que conté lo hecho he recibido apoyo de algunos pero también me han tuiteado que yo debería ser rociado con napalm, que soy el peor padre del mundo y que he traumatizado a mis hijos. El tiempo lo dirá”, concluye el profesor en relato al diario sueco The Local.

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