“Cachaza” usa Mundial de Fútbol como trampolín pero es impronunciable

Los angloparlantes reconocen que la calidad de la cachaza puede ser muy buena, y atributos notables, pero por mucho empeño que pongan para la fonética inglesa, decir “cachaza” resulta toda una prueba oral según publica The Wall Street Journal.

Los cronistas anglosajones han reconocido que la publicidad para que los turistas lleven la bebida a sus amigos, a sus casas y a sus países, está siendo por demás estimulante. El propio Instituto Brasileño de la Cachaza (IBRAC) ha realizado degustaciones entre grupos empresariales y gente de la prensa internacional, buscando nuevas vías de salida para la bebida destilada de mayor venta en Brasil.

Si bien la cachaza es reconocida como licor de buen paladar, los centenares de miles de turistas que están en el Mundial de Fútbol, y los que se esperan para los próximos Juegos Olímpicos, se ven más tentados por la “caipirinha”, donde azúcar, hielo y limón, ayudan a que el destilado se consuma casi como un refresco.

12.000 productores brasileños apuestan internacionalizarse

Si bien la mayoría de los 12.000 productores de cachaza existentes en Brasil asumen que su calidad lejos está aún de ser exportable, la bebida cuenta con  distintos niveles, donde también aparece la compañía “Müller” –el mayor productor de cachaza en el mundo- que está apostando su mayor campaña de marketing  del año a lograr clientes extranjeros.

Müller ha lanzado también una línea “Premium”, como la Reserva 51, que apunta competir con los single malts de los whiskies más cotizados.

Los destiladores intentan un logro titánico hasta ahora imposible: convertir los casi 800 millones de litros de cachaza que produce Brasil cada año, en al menos un rubro de exportación “pequeño”. Las exportaciones rondan el millón de litros al año, de los cuales algo más de la mitad va a Estados Unidos. El Departamento de Comercio norteamericano le dio un fuerte espaldarazo a la bebida, en 2012, cuando decretó que la cachaza, es un producto que solamente produce Brasil, una grifa de “producto único” que no admite competencias.