Argentina festeja acuerdo con Club de París

La presidenta Cristina Kirchner destacó en su cuenta de Twitter que «es un día muy importante» tras acordar el esquema de pago de 9.700 millones de dólares por deuda en default con el Club de París.

Antes, el jefe de su gabinete Jorge Capitanich recalcó que la negociación «ha sido ardua, difícil», y sin condiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El acuerdo que contempla un pago inicial de 650 millones de dólares en julio, significó el cierre «de un capítulo más de la triste historia del sobreendeudamiento que condujo, inevitablemente, al default», dijo el Ministerio de Economía en un comunicado.

El Club de París es un grupo informal de acreedores integrado por 19 países industrializados como miembros permanentes.

Para Juan Pablo Ronderos, gerente de Desarrollo de Negocios de la consultora Abeceb.com, el pacto «es positivo, era un paso necesario que había que dar, pero llega muy tarde» para la economía local.

Ronderos dijo que hay pocas posibilidades de que la administración Kirchner se beneficie antes de las presidenciales de octubre de 2015 de los frutos que pueda traer el acuerdo.

«Por lo menos en lo que queda de esta administración no va a haber un efecto muy fuerte en términos de llegada de inversiones porque básicamente siguen vigentes las condiciones de incertidumbre para las empresas que busquen venir a Argentina», indicó.

Euforia oficial

La presidenta destacó el jueves que «todas las obligaciones financieras de la República Argentina, desde el 25 de mayo del año 2003, se han venido pagando religiosamente».

La fecha mencionada por la presidenta fue el día que empezó el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), su esposo fallecido en 2010, que canceló entre otras la deuda de Argentina con el FMI.

Este paso llamado por el oficialismo «política de desendeudamiento» se convirtió en una bandera para el Gobierno que continuó en 2007 Cristina Kirchner, quien presenta estas renegociaciones como un triunfo de una nación que había sido humillada por los entes de crédito internacionales y lo que considera una mala gestión de sus antecesores.

«El financiamiento que obtendremos para nuestro país no será como ya ha ocurrido en otras décadas, para el gran casino financiero», afirmó Kirchner en Twitter el jueves.

Kirchner había anunciado en 2008 su intención de pagar esta deuda acumulada desde 2001, cuando el país declaró el mayor ‘default’ de la historia contemporánea, por casi 100.000 millones de dólares.

En los últimos diez años, el gobierno argentino consiguió renegociar con sus acreedores privados un 93% de esa suma, con quitas que rondan el 70% del valor adeudado.

El 7% de la deuda aún en default está en manos de fondos de riesgo, denunciados en Argentina como «fondos buitre» porque compraron la deuda ya en mora, y que rechazan la reestructuración y litigan ante la Corte Suprema de Estados Unidos para cobrar el 100% de los adeudos. El tribunal emitirá un fallo en este caso el 12 de junio.

Cautela entre expertos

Aunque los analistas aplaudieron el acuerdo con el Club de París y lo enmarcaron entre una serie de pasos positivos que ha venido dando el gobierno de Kirchner desde el año pasado, coinciden en que difícilmente resolverá los problemas monetarios que enfrenta el país, como una alta inflación, bajo crecimiento y caída de reservas monetarias.

«Es un paso positivo pero para que entre más inversión tienen que haber cambios en otras áreas no solamente en esta», dijo Gabriel Torres, analista senior de la calificadora internacional Moody´s.

Por ahora el acuerdo no tendrá impacto en la calificación de la agencia, dijo Torres. Moody’s ubica la deuda soberana argentina en el escalón «Caa1″, para países con riesgo de incumplimiento de sus obligaciones en moneda extranjera.

El hecho de que el gobierno haya sellado hace un mes la indemnización por la controvertida nacionalización de la petrolera española YPF en 2012, suma puntos positivos «si Argentina quiere avanzar hacia el acceso a mercados de crédito», apuntó Torres.

«Pero es insuficiente para resolver sus problemas de acceso a los mercados internacionales» y para atraer la inversión extranjera, resumió. (AFP)