CONMEMORACIÓN

Día Internacional de la Danza rinde homenaje al creador del ballet moderno

Establecido por UNESCO e n 1982, el mundo celebra cada 29 de abril el Día Internacional de la Danza, en tributo a Jean George Noverre crador del ballet moderno.

Para UNESCO, la jornada cobra singular importancia en tanto se invita tanto a focalizar la atención sobre este arte.

Con actos que se celebran en todos los países donde la UNESCO ha recordado la importancia de la fecha, la danza, que acompaña al ser humano desde la noche de los tiempos, convoca como una de las manifestaciones artísticas más remotas y a la vez más vigentes.

Para UNESCO, la jornada cobra singular importancia en tanto se invita tanto a focalizar la atención sobre este arte, como a reunir a todos aquellos que han elegido la danza como medio de expresión “traspasando las barreras culturales, política y étnicas”.

Como cada año, UNESCO ha solicitado a una personalidad del mundo de la danza, su mensaje a distribuirse en todo el mundo. Para 2014, es el bailarín y coreógrafo francés Mourad Merzouki, el encargado de cumplir el acto. El Día Internacional de la Danza, fue establecido a iniciativas del Comité Internacional de la Danza, perteneciente a Instituto Internacional de Teatro.

Cuando la danza es una cuestión de dignidad

En sus palabras para esta jornada, Merzouki ha reafirmado el orgullo de cada artista por su arte. “Cada artista defenderá siempre el arte cuyo contacto le ha estremecido.»
Por lo que ha buscado y perdido es por lo que tiene el intenso deseo de compartir.
Es el eco de una voz, la escritura encontrada, la interpretación de un texto que se ofrece a la humanidad; la música sin la cual el Universo deja de hablarnos; el movimiento que abre las puertas a la gracia. Por la danza tengo el orgullo del bailarín y del coreógrafo, pero también un profundo agradecimiento. Ha sido mi oportunidad. Se ha convertido en mi ética por la nobleza de su disciplina. Es ella por lo que cada día descubro el mundo”, sintetizó el artista su vivencia referida a la actividad de danzar.

El artista recordó en tal sentido la pérdida que significa para este arte la falta de oportunidades y la visión de una “cuestión de dignidad” en la materia.

“La danza es a diario una cuestión de dignidad. Pero yo vivo esta dignidad preocupado. Constato la pérdida de puntos de referencia, la incapacidad para imaginar su futuro por parte de los jóvenes procedentes de barrios pobres que crecieron en la frustración y la tensión. Soy uno de ellos, todos somos ellos. Estoy animado, quizá más que otros, a ser un ejemplo para ayudarles a enfrentarse a la vida”, sentenció.

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