DIPUTADOS

Cuba aprueba Ley de Inversión Extranjera en busca de esquivo crecimiento económico

El Parlamento de Cuba debe aprobar este sábado una nueva Ley de Inversión Extranjera para atraer capitales y elevar el crecimiento económico, en medio del fantasma de una recesión por la crisis en Venezuela y el eterno peso del embargo estadounidense.

La ley busca potenciar el crecimiento, que en los últimos cinco años ha estado por debajo de los planes a pesar de las reformas.

La nueva ley, un paso «crucial» en las reformas del presidente Raúl Castro para lograr el despegue económico, da prioridad a las inversiones extranjeras, garantiza que no serán expropiadas -como hizo su hermano Fidel Castro en los años 60- y las exime de impuestos durante ocho años.

«La jornada de este viernes será la primera que los diputados (…) dediquen a la discusión del Proyecto de Ley» que será votado el sábado, dijo el diario oficial Granma.

Se da por descontado que en su primera sesión extraordinaria en cuatro años, el Parlamento -en el que no hay ningún opositor entre sus 612 diputados- aprobará esta ley que sustituye a una dictada en 1995 por Fidel Castro, en la peor fase de la crisis económica sobrevenida en Cuba tras el colapso de la Unión Soviética.

La ley autoriza implícitamente las inversiones de cubanos emigrados, al permitir invertir a toda «persona natural o jurídica con domicilio y capital en el extranjero», algo que también contemplaba la ley de 1995, pero que jamás fue puesto en práctica.

Pero el gobierno comunista ha modificado su enfoque hacia los emigrados, a los que ya no considera traidores, y parece dispuesto a recibir sus inversiones, aunque ha declarado que «el país no se pondrá en venta» ni habrá retorno al capitalismo.

La ley busca potenciar el crecimiento, que en los últimos cinco años ha estado por debajo de los planes a pesar de las reformas. La economía cubana creció apenas 2,7% en 2013 y la meta era 3,6%.

«Hay varias explicaciones para el fracaso de las reformas en alcanzar las metas de crecimiento, pero una de las más significativas es el incumplimiento de los planes de inversiones», dijo el economista cubano Pavel Vidal, de la Universidad Javeriana de Cali, Colombia.

El texto de la ley -de 61 artículos- no ha sido publicado, pero mantiene los tres tipos de inversiones de 1995: empresas mixtas con el Estado, asociaciones o ‘joint-ventures’ internacionales y empresas de capital totalmente extranjero.

La norma exime a los inversionistas del impuesto sobre utilidades durante ocho años. Después pagarán el 15%, la mitad que lo que se establece ahora, pero seguirán liberados si reinvierten sus ganancias en la isla.

Las inversiones estarán abiertas a todos los sectores, salvo salud, educación y defensa, y el gobierno espera que se destinen principalmente a la alicaída agricultura y a la zona franca del nuevo megapuerto de Mariel, 45 km al oeste de La Habana.

Las limitaciones de la ley, según analistas, son que impide contratar trabajadores en forma directa, pues las empresas deberán hacerlo a través de una entidad empleadora cubana, tal como ahora. Además, margina a los florecientes negocios privados cubanos, pues toda sociedad deberá hacerse con entes estatales.

«Con el auge del sector privado, esta limitación se convierte en un freno», dijo el analista cubano Jorge de Armas, que vive en Estados Unidos.

El disidente Elizardo Sánchez no ve con buenos ojos la ley, pues cree que estimulará el aprovechamiento de una mano de obra «barata, obediente e indefensa» por parte de empresas «que quieren participar en el pastel cubano», dijo a la AFP.

Amenazas del exterior

Cuba se dotará de esta ley en medio del fantasma de una recesión como secuela de la crisis en Venezuela, su principal socio comercial y mayor proveedor de petróleo.

Una interrupción del comercio con Caracas causaría cuatro años de recesión en la isla, aunque menos severa que la sufrida tras el colapso de la Unión Soviética; mientras que la llegada de inversiones permitiría duplicar o triplicar las tasas de crecimiento, según Vidal.

«La nueva Ley de Inversión Extranjera es la última oportunidad para que las reformas alcancen las metas de crecimiento planeado. Al mismo tiempo ayudará a diversificar las relaciones internacionales de la isla y reducirá su vulnerabilidad por sus vínculos con Venezuela», dijo.

La mayor amenaza a la ley proviene del embargo estadounidense vigente desde 1962, pues los inversionistas pueden ser sancionados por Washington por hacer negocios en Cuba.

Sin embargo, esta situación no ha impedido que grandes empresas europeas invirtieran en el próspero negocio turístico cubano, entre otros sectores. AFP

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje