ESPACIALES

Fracasa acoplamiento de la Soyuz rusa a la Estación Internacional, con 3 astronautas a bordo

Un problema técnico impidió el miércoles el acoplamiento a la Estación Espacial Internacional (ISS) del cohete ruso Soyuz lanzado el martes con tres astronautas a bordo, dos rusos y un estadounidense.

La tripulación se encuentra en buen estado y los parámetros del medio vital (interior de la cápsula) son normales.

La maniobra fue aplazada para las 23H58 del jueves y se efectuará con un procedimiento mas largo, anunció la agencia espacial rusa Roskosmos.

«La decisión fue tomada debido a complicaciones detectadas en el sistema de orientación de la cápsula» espacial, explicó Roskosmos.

«La tripulación se encuentra en buen estado y los parámetros del medio vital (interior de la cápsula) son normales», agregó la fuente.

Por su parte, la agencia espacial estadounidense NASA dio cuenta del incidentes en su sitio internet, indicando que la cápsula no había podido ajustar su aproximación a la estación.

En Moscú se están «analizando los datos para determinar la razón por la cual no se encendió el tercer propulsor«, informó la NASA.

«Las primeras informaciones indican que el problema podría ser que la cápsula no se encontraba en la posición u orientación adecuada», agregó la NASA.

Sin embargo la agencia estadounidense no dramatiza el incidente debido a que el nuevo procedimiento de aproximación corto de los Soyuz, de sólo seis horas, que fracasó el miércoles, existe desde hace apenas un año.

Soyuz va a recurrir al procedimiento largo que dura dos días y exige 34 vueltas a la Tierra.

No hay peligro

«Al parecer no es un problema serio» y «la tripulación no está en peligro», afirmó Rob Navias, portavoz de la NASA.

Los cohetes Soyuz son considerados como los más seguros del mundo, pero en los últimos años el sector espacial ruso tuvo varios fracasos.

En octubre de 2013, tras la explosión de un cohete Proton tres meses antes, el gobierno nombró como nuevo director a Oleg Ostapenko, hasta ese momento viceministro de Defensa.

Los dos cosmonautas rusos y un astronauta estadounidense habían despegado el martes de noche desde la base de Baikonur en Kazajistán.

Los rusos Alexander Skvortsov y Oleg Artemyev y el estadounidense Steve Swanson despegaron en el cohete «Soyuz-FG», tripulando la cápsula «Soyuz TMA-12M», para un vuelo de seis horas con destino al laboratorio orbital. Los tres permanecerán en la ISS durante 170 días.

Aunque la crisis en Ucrania complica las relaciones ruso-estadounidenses, ambos países deben entenderse, pues sus dos agencias espaciales establecieron lazos fuertes de interdependencia: los astronautas de la NASA dependen en la actualidad exclusivamente de las naves rusas Soyuz para llegar a la ISS.

En esta misión, los tres astronautas realizarán decenas de experimentos y salidas al espacio.

La tripulación ruso-estadounidense mantendrá al día un blog sobre sus experiencias cotidianas en la ISS, dijo a la agencia Interfax Alexander Skvortsov, comandante de la misión.

Skvortsov, de 47 años, tiene dos vuelos espaciales en su haber, mientras que su compatriota Oleg Artemiev, de 43, realiza su primer vuelo espacial en esta ocasión. En 2009, había participado en el programa de simulación espacial «Marte 500″.

Por su parte, el estadounidense Swanson, de 53 años, también realizó dos vuelos más allá de la estratosfera, uno de ellos marcado por cuatro caminatas espaciales, pero el más largo de sus viajes duró sólo 13 días y 20 horas.

«Con Aleksandr Svortsov y Oleg Artemiev estamos juntos en el equipo desde hace un año y medio. La comprensión y el respeto mutuos llegaron inmediatamente y, progresivamente, nos hicimos amigos», dijo a Interfax el astronauta norteamericano.

En total, 16 países participan en la ISS, entre los cuales por supuesto Rusia y Estados Unidos, pioneros en el espacio y que, además, financian la mayor parte del proyecto. Una tripulación de seis astronautas ocupa permanentemente la estructura, de manera rotativa, con pasantías que llegan a los seis meses.

Puesta en órbita en 1998, este centro de investigación espacial, cuya construcción tuvo un costo de 100.000 millones de dólares, recibió el visto bueno de la NASA para prolongar su vida útil cuatro años más que lo previsto, o sea, hasta 2024. AFP

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