National Geographic nombra “Aventurero del Año” a un montañista de 26 años

Se autocalifica como un “corredor de montañas” y ha batido los récords en tiempo de subida y bajada del Aconcagua y del Everest, nada menos. Hijo de padre noruego y madre catalana, Kilian Jornet, afirma que se le hace difícil comprender la especialidad de mucha gente, pero no descarta reconocer que su marca histórica de descender el MOnt Blanc (la mayor altura de Europa), en 4 horas y 57 minutos “lo podría haber hecho en menos”.

A sus 26 años, criado en las montañas de la Cerdaña catalana, ya conocía las alturas por encima de los 2.000 metros, guiado por la mano de su padre. A los 10 años había cruzado los Pirineos de costa a costa.

“La ciudad más que aburrirme, me resulta extraña”

Entrevistado por el diario El País de Madrid, el récordman afirma que el contacto con lo urbano le produce “inseguridad, necesito procesarlo”. Dice que “la ciudad más que aburrirme me resulta extraña” y afirma sentirse más cómodo y seguro “en espacios abiertos”. Dice que el montañismo no es peligroso, en la medida de “no asumir riesgos y conocer el terreno”, aunque también afirma que “es importante sufrir percances porque es de ellos de los que sacas conclusiones. ¿Ganar? Si muy bien, pero no aprendes nada. Cuando pierdes es cuando analizas los porqués, cuando empiezas a reaccionar”.

Acepta que el montañismo puede ser “muy romántico, pero debes ser frío”, enfatizando que “el límite no se debe romper. Las barrreras, sí”.

Sin límites aparentes, ahora el máximo desafío que se ha impuesto este también ganador de la Copa del Mundo de esquí de montaña, será ascender y bajar del Everest en un día, sin apoyo expedicionario que lo respalde.