HISTÓRICO

Obamacare: la revolucionaria nueva ley de seguro nacional de salud para todos entra en vigor en Estados Unidos

Los nuevos derechos de los norteamericanos en materia de salud entraron en vigor el miércoles en virtud de la reforma del seguro de enfermedad, conocida como "Obamacare", piedra angular de la administración de Barack Obama cuyo éxito aún no está garantizado.

Unos cincuenta millones de personas viven actualmente sin cobertura de enfermedad en Estados Unidos.

La ley, aprobada en 2010, prohíbe desde el miércoles a las aseguradoras modificar las primas en función de los antecedentes médicos o del sexo, negarse a darle cobertura a un paciente demasiado costoso o ponerle un techo al monto de los reembolsos anuales, todas ellas prácticas legales hasta el martes y que conducían a la ruina a algunos pacientes graves.

A cambio, la ley obliga a cualquier residente en Estados Unidos, ya sea norteamericano o extranjero, a contratar un seguro de salud. Quien no lo haga podrá ser multado con 95 dólares en 2014 y hasta por 695 dólares a partir de 2016. El razonamiento económico es simple: si todo el mundo se asegura, las primas pagadas por las personas sanas compensarán los sobrecostos vinculados a los asegurados que incurren en más gastos.

Otra novedad: la reforma define los tratamientos que las aseguradoras deberán cubrir ineludiblemente. A partir de ahora todos los seguros deben incluir, por ejemplo, las internaciones, sobre todo las emergencias. Y los cuidados preventivos, como la detección de la diabetes o el cáncer, las vacunas y la contracepción deben ser íntegramente pagadas por el seguro.

«La nueva ley modificará por completo nuestro sistema de salud», declaró el martes la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius. «A partir de ahora, ser mujer ya no se considerará un atecedente médico, afirmó. Antes, las primas de los seguros para las mujeres podían ser más caras que para los hombres.

Sin embargo la noche de este martes una jueza de la Suprema Corte bloqueó una cláusula sobre métodos anticonceptivos de la ley, en respuesta a una demanda presentada por una orden religiosa.

«Trabajar muy duro»

Para cerca de 150 millones de personas con seguro médico contratado a través de sus empresas, la nueva norma no les cambiará nada o casi nada. En Estados Unidos sólo los más pobres y los mayores de 65 años tienen cobertura médica equivalente a la seguridad social. Pero alrededor de 25 millones de estadounidenses tienen un seguro individual contratado con compañías privadas, sin beneficiarse de ninguna tarifa grupal, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).

Para esos estadounidenses y los que carecen de cualquier cobertura, el gobierno lanzó en octubre un portal de internet en el que pueden consultar un catálogo de seguros privados y suscribir el que elijan, eventualmente subvencionado.

De los siete millones de personas que el gobierno se fijó como meta antes de que termine marzo, 2,1 millones ya contrataron un seguro a través de esos portales, una cifra inferior a las proyecciones iniciales, pero que supone una aceleración de las inscripciones en diciembre, tras unos meses de octubre y noviembre catastróficos a causa de graves problemas informáticos.

A esos 2,1 millones de personas se agregan 3,9 millones potencialmente incorporables a los programas públicos de asistencia destinados a los más desfavorecidos, entre ellos el Medicaid.

Sin embargo, el gobierno no ha aclarado cuántos de esos 6 millones de beneficiarios carecían antes de cobertura, una cifra clave, que determinará el éxito de la reforma. Unos cincuenta millones de personas viven actualmente sin cobertura de enfermedad en Estados Unidos.

Se ignora asimismo si los adultos jóvenes se están inscribiendo, condición indispensable para el equilibrio del nuevo sistema. Tony Carrk, del Center for American Progress, quien apoya la reforma, subraya que podrían esperar hasta último momento, antes del plazo final del 31 de marzo.

Los adversarios republicanos de Barack Obama se siguen oponiendo encarnizadamente a la reforma, que ha provocado un aumento de los precios para las familias más acomodadas, que no pueden beneficiarse de reducciones impositivas. Ya lo han convertido en un tema de campaña para las legislativas de noviembre de 2014.

Los primeros días de 2014 podrían ser confusos en las consultas médicas, ya que algunas personas podrían no contar aún con la documentación que las acredita como aseguradas y los sistemas informáticos podrían no estar totalmente operativos.

«Será necesario trabajar muy duro para que los próximos días transcurran bien», admitió el martes Phil Schiliro, asesor de la Casa Blanca.

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