EDUCACIÓN

Bebes que juegan con la comida y los que piden se repitan cuentos aprenden más

La paciencia es una vez más la clave: los bebes que se embadurnan con la comida y los que piden se les repita varias veces el mismo cuento son los que aprenden más rápido.

Los bebes que se embadurnan con la comida aprenden mas rápido a identificar alimentos.

El primero de los estudios fue llevado adelante por técnicos de la Universidad de Iowa (Estados Unidos) y apunta que los bebés que juegan con alimentos de consistencia menor –fideos, papillas. Etc.- son los que adquieren más gusto por la exploración e incluso aprenden antes las primeras palabras.

Dejar que los pequeños manoseen, se embadurnen y enchastren con la comida, antes de metérsela en la boca, es beneficioso, al contrario de lo que piensa la mayoría de los padres.

El estudio realizado en decenas de bebes, mostró que aquellos que más interactuaron con los alimentos, desarrollaban antes habilidades para identificarlos mediante la textura de los mismos y luego para nombrarlos. Los estudiosos aseguran ahora que alimentos como el puré, el pudin, los jugos y las sopas, son capaces de brindar información clave para estimular los desarrollos cognitivos.

Repetir los mismos cuentos es también lo mejor para desarrollarlos

Otro estudio, éste de la Universidad de Sussex, en Gran Bretaña, mostró que la repetición de los cuentos infantiles, optimiza la adquisición de vocabulario en las primeras etapas del conocimiento.

Los técnicos dispusieron en este caso de dos grupos de infantes, a los que se relataron cuentos: el primer grupo escuchaba durante una semana el mismo cuento diariamente; el segundo, cuentos distintos cada día.

Al final de dos meses se comprobó que estadísticamente, a los que se les había contado solo un cuento recordaban mejor las palabras y comprendían más su significado, que a los niños que se les habían contado historias distintas.

“Sabíamos que cuanto mayor es el número de libros que se tienen en casa, mejores son los resultados académicos de los niños, pero lo que no habíamos comprendido es cómo ocurre ese aprendizaje. Lo que esta investigación sugiere, es que lo importante no es el número de libros, sino la repetición de cada uno de ellos, porque es lo que propicia un mayor aprendizaje”, explicó Jessica Horst, al frente del equipo investigador.

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