CONSPIRACIÓN

¿Quién mató a Kennedy? 50 años después la pregunta sigue viva, pero avanza una teoría

Lyndon Johnson con John F. Kennedy

Al cumplirse medio siglo del magnicidio de JFK, la vigencia del crimen y sus autores reales, sigue tan viva en la cotidianeidad estadounidense, como si 1963 significara un quiebre entre la credibilidad de la gente acerca de lo que explican sus autoridades y lo que en realidad deberían saber para conocer la realidad a fondo.

Días atrás el mismo Secretario de Estado, John Kerry fue consultado sobre si creía que el asesinato de Kennedy había sido obra de un hombre solo. Kerry ha sido la primera autoridad del Ejecutivo de Washington en reconocer sus “muy serias dudas” sobre las capacidades de Oswald para llevar adelante la tarea en solitario. Sin embargo apuntó que a su entender los autores bien podían haber sido los entonces soviéticos, los cubanos, o los comunistas en general. La población estadounidense sin embargo parece seguir creyendo en otras opciones con mayor certeza: en una encues Gallup sobre el particular, solo el 19% de los estadounidenses dijo creer que a JFK lo mató un único francotirador. Un 66% cree que el asesinato fue obra de la CIA o de la mafia, en porcentajes divididos por la mitad casi.

Por supuesto que están quienes acusan a Cuba y la Unión Soviética, e inclusive para éste último acusado hay académicos norteamericanos que afirman Kennedy fue muerto por la KGB, ya que para Moscú el mandatario se había convertido en una pesada carga.

Sin descartar, las teorías donde se afirma que Kennedy fue informado de la presencia de extraterrestres en nuestro planeta y se disponía hacer público ese secreto de Estado cuando lo mataron.

Sea cual fuere, la teoría conspirativa se ha impuesto en la mentalidad estadounidense –y mundial- sobre la muerte de JFK, a medio siglo de ocurrida, avanza lentamente, pero se expande pese a que oficialmente “no hay evidencias” que respalden la teoría conspirativa, como afirmó el propio ex presidente Gerald Ford, que integró la llamada comisión Warren, creada para investigar el magnicidio.

Si bien los Kennedy han apoyado la versión oficial, Robert, sobrino de JFK, e hijo de “Bobby” Kennedy, asesinado en la campaña electoral de 1968, dijo que su padre siempre había creído que el trabajo de la Comisión Warren había sido “pésimo”.

Busca a quien se beneficia y encontrarás al culpable

Por supuesto que este año ha sido prolífico en materia de recreaciones vinculadas a la muerte de JFK. Pero muchas cosas han cambiado en medio siglo: la credibilidad de la ciudadanía en el accionar de su gobierno y particularmente de sus servicios secretos y de seguridad ya no es la que se vivía cuando aún los norteamericanos afirmaban defender al mundo del comunismo como sinónimo de la barbarie.

Las dos terceras partes de los estadounidenses consultados sigue creyendo que JFK murió por otras causas que la simple locura de un hombre solo.

Algunos puntos son más candentes que nunca: por ejemplo el discurso del 18 de diciembre de 1961 ante la Asociación de Periodistas de EE.UU.  Allí, JFK declara la existencia de una inmensa “sociedad secreta monolítica” que alcanza a “todos los sectores de la sociedad” y que “utiliza la infiltración y la intimidación”. Hasta hoy nadie ha aclarado debidamente sus palabras.

Actualmente la versión que más adeptos gana es que un grupo ligado a la CIA –Operation 40- dirigido por Richard Nixon, y que había intentado asesinar a Fidel, y buscaba hacerlo nuevamente, no contó con apoyo de Kennedy. El hijo de uno de los agentes de Operation 40 declararía años después que su padre le había confesado que la CIA (varios de cuyos miembros eran de Operation 40) participó del asesinato de Kennedy, pero apuntó a Lyndon Johnson, como el responsable de la idea, aunque el mismo fuera precisamente quien encabezó la primera investigación oficial del asesinato una semana después del hecho. Johnson, vicepresidente en ese momento, ascendió a la titularidad del Ejecutivo.

En el momento de la muerte de JFK, Johnson estaba sujeto a cuatro investigaciones criminales, por beneficios indebidos en contratos con el gobierno, prevaricación, lavado de dinero y soborno, todos negocios que llevaba adelante con la mafia. Cuando ascendió a la presidencia las acusaciones cayeron en nada.

Lyndon Johnson se llevó a la tumba su secreto mejor guardado.

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