Isla de escombros de Fukushima del tamaño de Texas cruza el mar rumbo a EE.UU.

Se estima que más de un millón de toneladas de todo tipo de objetos capaces de flotar, se mantienen sobre las aguas y en tanto no fueron definitivamente tragados por el océano Pacifico, siguen a merced de vientos y corrientes que las conducen inexorablemente hacia el oeste norteamericano.

Si bien los científicos han reconocido ya numerosos objetos –que van desde un barco a una pelota de fútbol- la preocupación está centrada más que en el arribo, en la forma del mismo: si toda la masa se precipitara como consecuencia de una tormenta por ejemplo, en la costa californiana, la afectación sería incontrolable.

Temen también por la contaminación radiactiva aunque sin pruebas

Otra de las grandes preocupaciones, éstas ya a nivel de los ciudadanos, es que los objetos que lleguen a la costa estén contaminados de radiactividad, procedente de las distintas eyecciones de la planta atómica de Fukushima, que sufrió efectos importantes del tsunami, lo que incluso hoy no han encontrado solución definitiva.

Sin embargo todos los objetos hallados, presentados a las autoridades estadounidenses, han sido chequeados y hasta el momento no hay evidencia de tal contaminación. Otro tanto ocurre en principio en la isla flotante, sobre la que se han desplegado diferentes instrumentales capaces de detectar radiactividad, sin que haya habido un dictamen positivo en ningún caso.

En este año unos 1.600 objetos hallados en las playas y costas del oeste de Estados Unidos, han sido reportados a las autoridades, pero solamente una treintena han sido reconocidos como efectivamente originados en el terremoto y tsunami de 2011.