República Checa: socialdemócratas al frente en las elecciones legislativas

El futuro gobierno reemplazará al «gabinete de expertos» del economista Jiri Rusnok, establecido tras la caída en junio del gobierno de centro-derecha de Petr Necas, impopular por su política de austeridad y por una serie de escándalos.

El último sondeo realizado dio un 26% de la intención de voto a la oposición de los Socialdemócratas (CSSD), un 18% a los Comunistas y un 16,5% al nuevo partido populista ANO, liderado por el multimillonario Andrej Babis.

«Si el resultado concuerda con los sondeos, la situación será difícil, pues no se podrá alcanzar ninguna mayoría clara«, comentó a la AFP Jan Outly, analista de la Universidad Metropolitana de Praga.

Gobierno tendrá que realizar acuerdos con la oposición

Los socialdemócratas esperan poder formar un gobierno de minoría con el apoyo tácito del KSCM, el partido comunista. Una opción que aceptan tanto el líder del CSSD, Bohuslav Sobotka, como el presidente, Milos Zeman, militante comunista entre 1968 y 1970.

Sería la primera vez que el KSCM vuelve a participar en el poder desde la caída del régimen comunista en 1989.

La idea de que la extrema izquierda vuelva a convertirse en una fuerza política importante en el país, de 10,5 millones de habitantes, preocupa a algunos checos.

«La lucha contra el comunismo se libró con éxito en 1989. Hoy ya no hay peligro de que alguien transfiera nuestro país al Este», afirmó este sábado Sobotka.

Esta preocupación es palpable también entre algunos artistas, que protestaron contra la creciente influencia del partido comunista.

El martes apareció en el río Moldava una enorme estatua del polémico artista David Cerny que representa una mano levantando el dedo mayor de forma obscena ante el Castillo de Praga, residencia oficial del presidente Zeman.

También se instaló un retrato gigante del presidente ruso, Vladimir Putin, en un lugar de Praga en el que en 1955 se colocó una estatua del dictador soviético Joseph Stalin que fue retirada siete años después.

Por su parte, Andrej Babis, líder del partido ANO (que en checo significa Sí y es un acrónimo para Acción para Ciudadanos Alienados), espera dar la sorpresa y quedar segundo en los comicios, detrás de los socialdemócratas.

«Nuestro país necesita un cambio fundamental y también, desde hace un cierto tiempo, un cambio de sistema», afirmó Babis, propietario del grupo agroalimentario y químico Agrofert, y del influyente grupo mediático MAFRA.

Los partidos de derecha ODS y TOP 09 parecen resignados a pasar a la oposición tras estos comicios.

La República Checa acaba de salir de una recesión que ha durado 18 meses, y la tasa de paro alcanzó el 7,6% en septiembre.

Otras pequeñas formaciones que se acercan al 5% necesario para entrar al Parlamento podrían influir mucho en la futura coalición si acceden a la asamblea.

AFP.