Naufragio en Lampedusa: «Europa no puede desentenderse» de la tragedia (Barroso)

«Europa está con los habitantes de Lampedusa. El problema de uno de nuestros países, como Italia, debe ser percibido como un problema de toda Europa. Europa no puede mirar hacia otro lado«, declaró Durao Barroso en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro italiano, Enrico Letta, en Lampedusa.

«En Europa, este tipo de sucesos no deberían producirse, hay que esforzarse más. Esto exige una mayor cooperación entre todos los Estados miembros», dijo Barroso.

Barroso y Letta visitaron Lampedusa acompañados de la comisaria europea de Asuntos de Interior, Cecilia Malmström, y del vice primer ministro y ministro del interior de Italia, Angelino Alfano.

«Este drama es un drama europeo», insistió Letta, que anunció funerales de Estado para las más de 300 víctimas del naufragio del jueves pasado.

El ambiente es tenso en esta isla de menos de 6.000 habitantes por la situación de los inmigrantes hacinados en un centro de acogida donde conviven 1.000 personas en un espacio reservado para 250, y por el enfado de la población local desbordada por la afluencia masiva de indocumentados.

«¡Vergüenza!», «¡Asesinos!», gritaron habitantes de Lampedusa en el aeropuerto, agitando fotografías de los inmigrantes.

«Vivimos esto desde hace 20 años. ¡Suficientes muertos! Pesan en la conciencia de los políticos italianos y europeos», gritó un manifestante.

Los pescadores de Lampedusa hicieron sonar las sirenas de sus barcos para «hacer oír [su] malestar».

Ante estas muestras de descontento, los responsables italianos y europeos cambiaron su programa a última hora para visitar el centro de acogida. Una visita que la alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini, describió como «indispensable» para «ver de cerca la inmensa tragedia que se vive en la isla».

«Las condiciones son inaceptables, es una vergüenza, hay tantos niños. Intentamos ayudar pero no tenemos los medios«, declaró una habitante de la isla.

Barroso anunció el desbloqueo de 30 millones de euros para que Italia renueve estos centros ante la creciente llegada de inmigrantes y reconoció que «debemos hacer mucho más».

La delegación también rindió homenaje a los fallecidos -en su mayoría eritreos- ante los féretros con los cuerpos recuperados en el mar y alineados en un hangar. «Son imágenes que nunca olvidaré», dijo Barroso.

Mientras, los buzos italianos continuaban con las labores de recuperación de cuerpos. Hasta el momento, 296 víctimas mortales pudieron ser trasladadas a tierra y solo 155 de los 500 pasajeros pudieron ser rescatados con vida.

Cecilia Malmström repitió este miércoles que los Estados miembros de la Unión Europea (UE) pondrán en marcha una amplia operación de «seguridad y rescate» de emigrantes en el mar Mediterráneo.

El vicedirector de Frontex, la agencia de vigilancia de las fronteras europeas, anunció el desbloqueo de dos millones de euros adicionales para Italia, «dándole prioridad frente a otras misiones», en una entrevista a medios de comunicación locales.

«Debemos abrir vías para una migración más regular», añadió la comisaria europea, que citó la creación de «visas humanitarias» y la posibilidad de reclamar el asilo desde un tercer país fuera de la UE.

En cuanto al asilo, los Estados del norte de Europa se opusieron a modificar el acuerdo de Dublín, por el cual los inmigrantes deben permanecer en el primer país al que llegan mientras se trata su petición de asilo.

Barroso recordó a los italianos que de un total de 100.000 demandas registradas en 2012, un 70% se tratan en cinco países: Alemania, Francia, Suecia, Reino Unido y Bélgica.

El presidente de Senegal, Macky Sall, declaró durante una rueda de prensa en el Parlamento Europeo que Europa no puede vivir «desplegando barcos que patrullen y satélites» para vigilar las costas. «Es una ilusión, de todas formas la gente entrará en Europa», señaló.

En el Vaticano, el papa Francisco expresó este miércoles su «cercanía» a los obispos de las Iglesias del Cuerno de África «que perdieron a tantos de sus hijos» en la tragedia. AFP