KENIA

Nairobi: «Incalculables cadáveres» y rehenes vivos en su poder, según copadores islamistas

Los islamistas somalíes que tomaron el sábado un centro comercial de Nairobi afirmaron el martes que aún tienen rehenes "vivos" y que "hay un número incalculable de cadáveres" esparcidos en el lujoso edificio de la capital de Kenia.

Humo saliendo del centro comercial en Nairobi / AFP

Cuatro días después del asalto en el centro comercial Westgate, que ha dejado al menos 62 muertos y unos 200 heridos, la situación sigue siendo confusa.

«Los rehenes retenidos por los muyahidines en el interior del Westgate están todavía vivos, conmocionados pero vivos«, escribieron en su cuenta Twitter miembros de las milicias somalíes shebab, afiliadas a la red Al Qaida.

Según las fuerzas de seguridad kenianas, «uno o dos» milicianos siguen parapetados en el edificio, donde por la mañana se escucharon disparos y explosiones.

Las fuerzas de élite kenianas indicaron que estaban procediendo a la desactivación de explosivos en el centro comercial.

Según los milicianos shebab, «hay un número incalculable de cadáveres» esparcidos por el edificio.

Los cuerpos serían de las víctimas que murieron el sábado en el asalto.

El balance provisional de los enfrentamientos es de 62 muertos y otros tantos desaparecidos, así como de 200 heridos.

Según las autoridades kenianas, tres de los asaltantes murieron el lunes.

Los milicianos, según las fuentes, fueron localizados y aislados en uno de los pisos superiores del centro.

Un miembro de las fuerzas especiales kenianas que participó en los combates explicó la dificultad de la intervención, ya que los asaltantes se escondían en las tiendas del centro comercial.

Los asaltantes «quemaron colchones para desviar la atención e intentaron escaparse», dijo el jefe del ejército de Kenia, el general Julius Waweru Karangi.

Una británica y dos o tres estadounidenses en el comando islamista

Entre los atacantes figuran dos o tres estadounidenses y una británica, viuda de un kamikaze de los atentados de Londres de 2005, según la ministra keniana de Relaciones Exteriores, Amina Mohamed.

La británica -que según la ministra habría participado «en muchas ocasiones» en acciones armadas- fue identificada por la policía como Samantha Lewthwaite, viuda de Germaine Lindsay, uno de los kamikazes de los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres.

Londres ha dicho que está «al tanto» de esa versión pero no hizo ningún comentario, salvo para decir que apoya las investigaciones de Kenia.

Lewthwaite es buscada en Kenia, acusada de estar vinculada a los shebab, que habían reivindicado el ataque del sábado en represalia a la intervención militar keniana en Somalia, lanzada a finales de 2011.

Los estadounidenses, por su parte, serían «hombres jóvenes, de 18 y 19 años, de origen somalí o árabe pero que viven en Estados Unidos, en Minnesota y en otro lugar», añadió la ministra de Exteriores en declaraciones a la televisión estadounidense PBS.

Varios extranjeros entre las víctimas

El sábado, cuando empezó el ataque, este centro comercial de lujo, en parte propiedad de empresarios israelíes, estaba lleno.

Varios extranjeros, entre ellos un médico peruano, dos francesas, seis británicos, un sudafricano, una surcoreana, una holandés, dos indios y dos canadienses, murieron en el ataque, así como un conocido poeta y político de ghanés, Kofi Awoonor.

El comando penetró el sábado a media jornada en el centro, disparando con armas automáticas y lanzando granadas contras los clientes y los empleados.

Durante varias horas fueron saliendo personas que podían escapar a medida que las fuerzas de seguridad avanzaban dentro del edificio.

Según una fuente de seguridad, varios agentes israelíes apoyaron a las fuerzas kenianas para intentar rescatar a las personas que todavía seguían dentro.

El domingo por la noche el presidente keniano Uhuru Kenyatta indicó haber recibido ofrecimientos de ayuda de varios «países amigos» aunque aseguró que la operación de rescate seguía dirigida por las fuerzas del país.

Se trata del atentado más mortífero en Nairobi desde un ataque suicida de Al Qaida en agosto de 1998 contra la embajada de Estados Unidos, que dejó más de 200 muertos.

El representante especial de la ONU para Somalia, Nicholas Kay, pidió el martes a la comunidad internacional que intensifique la lucha contra los shebab.

En una conferencia de prensa en Ginebra, Kay afirmó que el ataque al centro comercial «no era una sorpresa».

«El enfoque de la ONU y el mío respecto a los shebab en Somalia es que hay que intensificar nuestras campañas, desde el punto de vista militar, pero también político y práctico», afirmó.

En Nairobi, un punto central en África del este donde viven numerosos extranjeros que trabajan en toda la región, el centro comercial Westgate estaba considerado por las agencias de seguridad como un posible objetivo de grupos relacionados con Al Qaida, como los shebab.

El edificio, abierto en 2007, tiene restaurantes, cafés, bancos, un gran supermercado y varios cines que atraen diaramente a miles de personas.

Los intereses israelíes en Kenia ya fueron el objetivo de varios ataques reivindicados por Al Qaida: en 2002, un atentado suicida contra un hotel frecuentado por turistas israelíes mató a 12 kenianos y tres israelíes en Mombasa, una ciudad de la costa.

Casi simultáneamente, en la misma ciudad, un avión de la compañía israelí El Al con 261 pasajeros a bordo escapó por poco a los disparos de dos misiles en el momento del despegue.

El presidente estadounidense Barack Obama lamentó el lunes «una tragedia terrible»y ofreció su ayuda a Kenia. AFP

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