ANIVERSARIO

A 40 años del golpe en Chile: dos bandos enfrentados recordaron la fecha

Sin que las cuatro décadas transcurridas aportaran al reencuentro de los chilenos, dos conmemoraciones completamente distintas y antagónicas, se vivieron el lunes en Santiago, para recordar el golpe de Estado de Pinochet contra el gobierno de Allende.

Michelle Bachelet / AFP

La ceremonia más temprana del lunes la cumplió la candidata y ex presidente Michelle Bachelet, que llegó junto a su madre, Angela Jeria (viuda del general Alberto Bachelet, leal al presidente Allende) al Museo de la Memoria, donde hicieron un paseo, sin prensa, por los salones con fotografías de su padre, entre otros detenidos desaparecidos.

No existe reconciliación que se construya ante la ausencia de verdad, justicia o un duelo. No es cierto que hubiera una guerra civil en ciernes y, por lo tanto, no es justo hablar del golpe de Estado como un destino fatal e inevitable, porque para dar continuidad a la democracia se requería más democracia y no un golpe de Estado”, dijo al salir del museo la ex presidenta.

“Cuando los hechos se imponen al derecho termina ganando quien tiene la fuerza y no quien tiene la razón… los crímenes cometidos son responsabilidad de quienes los cometieron y de quienes los justificaron. Aún tenemos una fractura profunda entre quienes justifican la dictadura y quienes confiamos en la democracia… Las violaciones de los derechos humanos no son justificables… Vivimos un momento que demanda que nuestra democracia se amplíe y se adapte. Una nueva ciudadanía ha cristalizado en Chile, con mayor capacidad de movilización, crítica y consciente de sus derechos”, concluyó la candidata que según todas las encuestas será la próxima presidenta en Chile.

El gobierno cumple actos sumamente diferenciados

Al mediodía del lunes, el presidente Sebastián Piñera se hizo presente en la Plaza de la Constitución, donde se entonó el Himno Nacional y se izaron catorce banderas, una por cada región chilena, en un acto con poca presencia de público y de invitados: la oposición, ahora como el partido de la Nueva Mayoría, faltó a la cita.

En su posterior discurso, Piñera dijo que la dictadura de Pinochet “no fue algo súbito, sorpresivo. Sino que fue el desenlace previsible, pero no por ello inevitable, de una agonía de los valores de la sociedad chilena”. Para el mandatario hubo responsabilidad del gobierno de Salvador Allende que “reiteradamente quebrantó la legalidad y el estado de derecho en Chile (…) En mi humilde opinión también tienen responsabilidad quienes no respetaron el estado de derecho y promovieron la intolerancia y el odio en nuestro país. Y con posterioridad a ese quiebre, esta responsabilidad alcanza a quienes ejercieron altos cargos en el gobierno militar, a quienes por su investidura pudieron alzar la voz para evitar estos hechos y subordinaron sus principios a sus intereses o sucumbieron ante su temor”.

El presidente refirió también a los civiles involucrados con la dictadura. “A muchos de nosotros, que pudimos hacer mucho más en la defensa de los Derechos Humanos, nos alcanza una cuota de responsabilidad. Estoy seguro de que, si volviéramos atrás, la inmensa mayoría de los actores se comportaría mucho mejor que antes durante y después del 11 de septiembre de 1973”. Enfatizó finalmente que “para cerrar las heridas del pasado también se necesitan grandeza y capacidad de pedir y dar perdón; la justicia es necesaria para la paz y la reconciliación”.

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