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Multitudes junto a López Obrador protestan contra reformas de presidente mexicano Peña Nieto

Decenas de miles de personas participaron este domingo en un mitin del excandidato presidencial de izquierda en México, Andrés Manuel López Obrador, que convocó a una movilización pacífica para rechazar las reformas a los sectores energéticos y hacendario al calificarlas como una "traición" a la población.

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«Podemos impedir con la movilización ciudadana pacífica la privatización del sector energético y los aumentos de los impuestos», dijo López Obrador ante más de 40.000 personas que se congregaron en la céntrica avenida Juárez.

El dirigente afirmó que las iniciativas de Peña Nieto para el gigante petrolero Pemex, que contempla contratos de utilidad compartida con empresas extranjeras, y el sector público,que será presentada públicamente la tarde de este domingo, representan «un acto de traición a la patria».

López Obrador provocó una ovación entre los manifestantes al comparar esas dos reformas con algunos episodios históricos, como la venta que hizo a mediados del siglo XVIII el expresidente Antonio López de Santa Anna a Estados Unidos de una buena parte del territorio mexicano que se constituyó en lo que hoy es el estado de Texas.

«¡La patria no se vende, se ama y se defiende!», corearon algunos de los asistentes al mitin, muchos de los cuales portaban playeras del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) que impulsa López Obrador al abandonar el Partido de la Revolución Democrática (PRD) tras quedar en segunda posición en las elecciones presidenciales de julio de 2012.

«La intención es que las empresas se queden hasta con el 50% (…) Se trata de un vil y descarado atraco», afirmó López Obrador ante las alrededor de 44.000 personas que congregó, según un cálculo de la policía capitalina.

Los acuerdos de utilidad compartida propuestos por el presidente establecen que el sector privado tome el riesgo de inversión en el proceso de exploración y extracción y que el Estado decida el porcentaje de la utilidad que le toca al inversionista, que normalmente no debe superar el 50%, ha explicado el gobierno, que recalca que el control de los hidrocarburos y de sus rentas seguirán en poder del Estado.

Pemex, que aporta más de un tercio de los recursos públicos del país, ha registrado una caída de su producción desde los 3,4 millones de barriles diarios de 2004 hasta 2,5 millones en 2012 y ahora el gobierno ve imprescindible asociarse con empresas privadas para las costosas extracciones de yacimientos de aguas profundas y ultraprofundas del Golfo de México (este).

Pemex en la mira

El Congreso empezará a debatir próximamente las iniciativas que han presentado tanto el gobierno como los dos grandes partidos de la oposición para la modernización de Pemex, un símbolo de la soberanía de México desde que fue creada a raíz de la nacionalización del petróleo en 1938 por el expresidente Lázaro Cárdenas (1934-1940).

Al mitin acudieron simpatizantes de varios puntos del país, como Alfredo Heredia, un agricultor del empobrecido estado de Tabasco (sureste), de donde se extrae alrededor del 25% del petróleo.

«Cómo no vamos a estar de acuerdo en que se reforme Pemex si sabemos que podríamos vivir mucho mejor si las ganancias por la venta del petróleo se repartieran justamente; pero sabemos que no será así y que cada vez seremos más pobres», comentó a la AFP Heredia, de 63 años, acompañado de su hermano de 72, ambos originarios de Tenosique, Tabasco.

«No es más que un atraco contra el pueblo. Es una mentira que Pemex no es rentable», dijo Alejandro Rosales, estudiante de Medicina de la Universidad Autónoma de Baja California, fronteriza con California, Estados Unidos.

«Llegan (los inversionistas extranjeros) y sacan los recursos del territorio con mano de obra mexicana mal pagada y no quedan beneficios en el país; es una historia que conocemos bien, así ha pasado con el oro, la plata y el cobre», añadió su compañero Carlos Sánchez, estudiante de ingeniería de la misma universidad.

«Gota a gota la paciencia se agota. El pueblo no es idiota», decía una de las pancartas que portaban los manifestantes.

Inicialmente, López Obrador convocó a sus seguidores a reunirse en la central plaza del Zócalo pero en este espacio están acampados miles de maestros que mantienen una campaña de protestas contra otra reforma de Peña Nieto en materia educativa.

El político de izquierda hizo un llamado para marchar el domingo 22 de septiembre desde el monumento del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino.

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