"CUESTIÓN DE DÍAS"

Angustia en Damasco tras amenazas de ataques inminentes

Jihane, que vive cerca del aeropuerto militar de Mazzé en Damasco, hizo sus maletas y decidió mudarse con su familia, convencida de que Estados Unidos apuntará primero contra este sitio estratégico del régimen de Bashar al Asad.

«El presidente Obama no ha tomado todavía una decisión» sobre Siria

El temor se instaló en la capital siria, donde se concentra el poder, con la multiplicación de señales de una intervención militar inminente contra el régimen, acusado de haber matado a cientos de civiles en un ataque químico el 21 de agosto pasado.

«Van a disparar contra Mazzé, estoy segura, es un blanco sensible», afirma Jihane, al refereirse al aeropuerto militar más importante de Siria, usado por el presidente Al Asad en sus escasos desplazamientos al interior del país.

El aeropuerto está protegido por la cuarta división del Ejército, encargada de proteger Damasco y sus alrededores y comandada por el hermano del presidente, Maher al Asad.

La joven se mudó el lunes a la casa de familiares en Malki, un barrio «más seguro» en el corazón de la capital, donde abundan pronósticos sobre los posibles blancos de ataques.

En las calles del centro, el tránsito ya menguado en relación a tiempos anteriores a la guerra, se enlenteció y los habitantes afirman que sólo se desplazan para lo imprescindible.

«Hay menos gente en las calles. Mi mujer no visita a su madre todos los días, como acostumbraba. Vuelve de su trabajo directamente a casa», cuenta Adel, banquero.

«Desde hace tres días, corren rumores locos. Mi madre está aterrada porque vivimos muy cerca de la sede del Estado mayor y esto sí que es un blanco», cuenta Mohamad, de 35 años, en el céntrico barrio privilegiado de Abu Rumane.

«Desde que se habla de intervención, tengo tanto miedo que sufro de hipertensión», afirma por su parte Futún, ama de casa con domicilio en el mismo barrio.

Reservas de alimentos

En la plaza Saba Bahrat, en el corazón de la capital, la tensión se lee en el rostro de Malek, un vendedor de electrodomésticos.

«Todo el mundo está nervioso después de haber escuchado a John Kerry ayer (lunes)», asegura, en referencia al secretario de Estado estadounidense, que afirmó que quienes usan armas químicas contra civiles «deben rendir cuentas».

«En Al-Arabiya (cadena de televisión por satélite de capital saudí y opositora al régimen sirio), dijeron que atacarán Mazzé y el aeropuerto internacional de Damasco», agregó.

Su tienda, que acostumbraba recibir a muchos clientes, estaba desierta el martes.

Su hermana, también muy preocupada, sacó su dinero del banco.

«Le dije a mi mujer que comprara en el mercado grandes cantidades de carne, tomate, pan y pasta», dijo. «Me contó que había posibilidades de que quedáramos bloqueados mucho tiempo».

En los almacenes, se percibe el mismo pánico.

«La gente viene a abastecerse en grandes cantidades por la mañana y después del trabajo», asegura Mohamad, mayorista de arroz, aceite de oliva y pasta.

En cambio para Michel, vendedor de cosméticos que vive en el barrio de mayoría cristiana de Tijara, los disparos con mortero lanzados por rebeldes contra el centro de la capital son peores que cualquier ataque occidental.

«Estos disparos dan miedo porque caen sobre nuestras cabezas», agrega el hombre.

Otros imaginan escenarios apocalípticos.

«Si atacan, Rusia e Irán nos van a ayudar», asegura Abú Ahmad, un repostero del centro de Damasco. «Será la tercera guerra mundial y entonces el fuego no se apagará».

Mayssa, arquitecta, es aún más fatalista.

«El ataque es inevitable porque Obama está bajo la presión de la opinión internacional», dijo.

«De todas maneras, nuestro país ya está en guerra», sentenció en referencia a la guerra civil que asola desde hace más de dos años Siria y que ya ha dejado más de 100.000 muertos.

EEUU y aliados analizan respuesta militar por uso de armas químicas

Estados Unidos y sus aliados occidentales no tienen dudas de la responsabilidad de Damasco en el uso de armas químicas en el conflicto interno y discutían este martes una posible respuesta militar contra el régimen sirio.

«No debería haber dudas (…) de que el régimen sirio es responsable del uso de armas químicas el 21 de agosto en las afueras de Damasco», declaró Jay Carney, portavoz del presidente estadounidense, Barack Obama, que prometió publicar un informe de los servicios de inteligencia esta semana.

Con una acción militar que se considera como casi cierta en los próximos días, Siria prometió por su parte defenderse de lo que califica como medidas «sorpresivas», mientras que sus aliados Rusia e Irán advirtieron que el uso de la fuerza tendría consecuencias nefastas.

Las bolsas de los mercados globales se desplomaron y el precio del petróleo alcanzó un récord en los últimos seis meses a medida que el sonido del tambor de guerra parece sonar más fuerte.

Por su parte, el secretario estadounidense de Defensa, Chuck Hagel, declaró que su país está «preparado». «Hemos desplazado recursos al terreno para cumplir y acatar cualquier opción que el presidente (Barack Obama) desee emprender», explicó.

Aunque «el presidente no ha tomado todavía una decisión», insistieron este martes la Casa Blanca y el departamento de Estado.

Conversaciones Obama-Cameron

Por segunda vez en tres días, Obama y el primer ministro británico David Cameron, dialogaron por teléfono para «discutir respuestas posibles de la comunidad internacional al uso indiscriminado de armas químicas el 21 de agosto», según un muy breve comunicado de la Casa Blanca.

Según la prensa estadounidense, Obama estudia la posibilidad de un ataque breve y limitado que no duraría más de dos días y permitiría a Estados Unidos evitar una implicación mayor en la guerra civil siria, indicó el diario The Washington Post, que cita a funcionarios del gobierno.

La Marina estadounidense podría disparar misiles de crucero desde la flota desplegada en el mar Mediterráneo y no buscaría derrocar el régimen de Bashar al Asad, añadió The New York Times.

El objetivo no es cambiar el equilibrio de fuerzas entre rebeldes y régimen, sino «disuadir» al presidente sirio de recurrir nuevamente a las armas químicas así como «deteriorar» su capacidad para hacerlo, según responsables estadounidenses.

Cameron, también afirmó que una intervención tendría como objetivo «reducir la capacidad de utilización» de armas químicas del régimen.

Londres ya indicó que el ejército británico se prepara ante la posibilidad de una acción militar, aunque destacó que Gran Bretaña no planea «derrocar al régimen de Asad».

Cameron convocó al Parlamento el jueves con el objetivo de votar «la respuesta del Reino Unido a los ataques con armas químicas» en ese país de Medio Oriente, sumido desde hace casi dos años y medio en una guerra civil.

La Liga Árabe también achacó al régimen sirio «la entera responsabilidad» del presunto ataque con armas químicas que el 21 de agosto mató a centenares de civiles en una zona cercana a Damasco controlada por los rebeldes.

Pero un alto funcionario jordano anunció que su país no será una «rampa de lanzamiento» para una intervención en Siria.

«Cuestión de días»

En Beirut, Ahmad Ramadan, del comité político de la Coalición de la oposición, afirmó que la intervención es cuestión de días y que los rebeldes han analizado con los países aliados los objetivos que conviene atacar.

Por su parte, el régimen sirio, que imputa el ataque químico a las fuerzas rebeldes, se mostró decidido a enfrentar a sus enemigos.

«Tenemos dos opciones: rendirnos o defendernos con los medios que tenemos. La segunda alternativa es la mejor: nos defenderemos», declaró el ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid Mualem.

«Arremeter contra Siria no es un asunto fácil. Disponemos de medios defensivos que sorprenderán a los demás», dejó claro Mualem.

El ministro sostuvo que «el esfuerzo de guerra realizado por Estados Unidos y sus aliados beneficiará los intereses de Israel y en segundo lugar al Frente Al Nosra», grupo armado rebelde que juró fidelidad a Al Qaida.

En el terreno, la ONU pospuso hasta el miércoles por razones de seguridad una nueva visita de sus expertos en armas químicas al lugar del ataque que, según la oposición, mató a cientos de personas el 21 de agosto en Moadamiyat al Sham y en la Ghuta oriental, dos zonas controladas por los rebeldes al oeste y al este de Damasco.

Rusia, principal aliado de Siria, manifestó su preocupación por esos preparativos, pidió «prudencia» a los occidentales y advirtió sobre las consecuencias «catastróficas» para la región de una nueva intervención sin el aval de la ONU, como la realizada en 2003 por Estados Unidos contra Irak.

El viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, dijo en su cuenta de Twitter que «Occidente se comporta con el mundo islámico como un mono con una granada».

Estados Unidos tiene pocas esperanzas de obtener la autorización del Consejo de Seguridad, debido precisamente a la oposición de Rusia, uno de los cinco países con derecho de veto en ese organismo de Naciones Unidas.

También se mostró contrario al eventual ataque militar el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que también solicitó este martes cautela a Washington.

«Un ataque podría ser el inicio de una conflagación contra Siria. Sería el inicio de una guerra desastrosa. Nosotros abogamos por la paz enSiria, por la búsqueda de fórmulas pacíficas», agregó el mandatario.

Para Maduro, la amenaza de Estados Unidos sobre Damasco tiene el mismo «tufo» de Libia, Irak o Egipto y persigue controlar la riqueza petrolera de los países árabes.

«No puede quedar impune»

La «responsabilidad de proteger a civiles» amenazados de crímenes o genocidios, un principio que rige el accionar de las Naciones Unidas y que el presidente francés, François Hollande, invocó el martes para justificar una eventual intervención en Siria, no exime de la obtención de una autorización del Consejo de Seguridad.

En un discurso solemne, Hollande hizo referencia a la «responsabilidad de proteger a los civiles», como fue aprobado en 2005 por la Asamblea General de la ONU.

Si un Estado no respeta su obligación de proteger, un grupo de países puede «llevar a cabo una acción colectiva a través del Consejo de Seguridad» para obligarlo a ello, incluso por la fuerza, precisa el documento final adoptado en 2005.

«Todos los intentos previos para conseguir que el Consejo de Seguridad actúe en Siria fueron bloqueados y no podemos permitir que la parálisis diplomática sea un escudo para los que cometen estos crímenes», escribió por su parte el canciller británico, William Hague, en un artículo publicado en el diario Daily Telegraph.

Otro gobierno clave en la región, el turco, dijo que el ataque con armas químicas constituía un «crimen contra la humanidad» que «no puede quedar impune».

Por su lado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió que si su país sufría represalias por un eventual ataque contra Siria, se defendería ferozmente. «No somos parte de la guerra civil siria, pero si detectamos un intento de dañarnos, reaccionaremos, y reaccionaremos ferozmente», aseguró. afp

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje