NUEVAS ESTRATEGIAS

OEA alarga renovación de lucha antidrogas sin acuerdo en despenalización

Los cancilleres de la OEA concluyen este jueves su asamblea en Guatemala con una hoja de ruta para renovar la lucha contra el narcotráfico a partir de 2016 ante el fracaso de la estrategia de Washington, pero con serios desacuerdos sobre la despenalización de las drogas.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza

En la última jornada del 43 periodo de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), los cancilleres coincidieron en la necesidad de una estrategia «integral», que vaya más allá de la represión policial y militar que centra la guerra antidrogas que impulsa Estados Unidos desde hace 40 años.

Una nueva estrategia deberá incorporar el «respeto a los derechos humanos», «la salud pública, educación, e inclusión social» y acciones preventivas para hacer frente al crimen organizado, señala el proyecto de la declaración final que planean firmar los cancilleres, que la noche del miércoles acordaron un mecanismo de seguimiento del debate sobre las drogas.

La asamblea, que se celebra en la colonial ciudad de Antigua Guatemala, 45 km al suroeste de la capital, y a la cual asistió el miércoles el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, acordó convocar a una reunión extraordinaria en el primer semestre de 2014, donde se perfilará la nueva política.

«No puedo decir que existe un consenso continental para legalizar el consumo de las drogas. Lo que hay es un consenso continental para debatir la política de drogas» que regirá de 2016 a 2020, dijo el canciller guatemalteco, Fernando Carrera, cuyo país propone la despenalización.

No a la legalización

Durante dos días de sesiones, los cancilleres han discutido un informe elaborado por la OEA que contempla escenarios que van desde el refuerzo de la seguridad, hasta la despenalización de las drogas.

Pero en Guatemala quedaron en evidencia las discrepancias en torno al mejor camino para enfrentar la violencia del narcotráfico que desangra al continente.

«Quienes ven las drogas como un esparcimiento no tienen conciencia del sufrimiento que generan en nuestros pueblos», dijo el canciller salvadoreño, Hugo Martínez.

El representante de Nicaragua ante la OEA, Denis Moncada, calificó la despenalización como una «ignomia»; en tanto que el canciller panameño Fernando Núñez expresó el tajante rechazo de su país a la legalización de las drogas porque «agravaría más la situación».

Pero en la otra acera está, además de Guatemala, Uruguay, que más allá de despenalizar el consumo, analiza un proyecto para legalizar la producción y distribución de cannabis.

«No es un modelo que queramos exportar (…) pero esperamos que se comprenda que el gobierno de José Mujica tiene la responsabilidad y la autoridad moral» para promover la regulación de la marihuana, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores, Luis Porto.

Más moderada, pero clamando por un cambio de estrategia, Eda Rivas, la canciller de Perú -segundo productor de cocaína después de Colombia-, sentenció: «Nos encontramos en un punto de quiebre. Ha llegado la hora de tomar decisiones».

El canciller de Bolivia, David Choquehuanca, fustigó al «derrotado» modelo antidrogas estadounidense que en su país culpabilizó a los cultivadores de coca, en tanto que la canciller de Colombia, María Angela Holguín, clamó por una política integral que parta de los principios de las responsabilidades comunes y compartidas.

«La violencia asociada al trafico de drogas se sustenta en elementos contra culturales propios de la sociedad capitalista», manifestó el canciller de Venezuela, Elías Jaua, al fustigar a Estados Unidos por su política de certificar la conducta de los países sobre las drogas.

En el ojo del huracán, Estados Unidos envió a la asamblea a los pesos pesados de su política antidrogas, encabezados por el propio secretario de Estado, quien el miércoles reafirmó a los cancilleres que una política integral no debe renunciar a la represión.

Esta es la primera vez que los gobiernos de América hablan, con propuestas, de cambiar la estrategia de Washington, mientras miles mueren por causas asociadas al tráfico: solo en México más de 70.000 desde 2006 y unos 20.000 anuales en Centroamérica.

«El precio que estamos pagando los países de tránsito es injusto y e intolerable (…) Nuestros gobiernos están desbordados», dijo la canciller de Honduras, Mireya Agüero, cuyo país tiene el récord mundial de homicidios, 84 por cada 100.000 habitantes.

Centroamérica, la zona más violenta del mundo según la ONU, es junto con México el puente por donde pasa el 90% de la cocaína sudamericana consumida en Estados Unidos.

Venezuela y la CIDH

Los cancilleres también abordaron el proceso de reforma de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El canciller de Venezuela la acusó de «parcializada» en favor de grupos «fascistoides» -como llama a la oposición- y de servir a intereses de Estados Unidos.

Pero el miércoles, la asamblea sirvió de escenario al primer encuentro de distensión entre Washington y Caracas tras la muerte en marzo del presidente Hugo Chávez. Kerry y Jaua acordaron un diálogo de alto nivel para solucionar las tensiones entre ambos países. AFP

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