Irak clausura emisiones de 10 cadenas de TV, entre ellas Al Jazeera
Irak suspendió el domingo las licencias de diez cadenas de televisión vía satélite, sobre todo Al Jazeera (de Catar), por "incitación a la violencia y al confesionalismo", según un responsable de la Autoridad de los Medios y las Comunicaciones.
«Nosotros hemos tomado la decisión de suspender las licencias de ciertas cadenas por satélite que adoptaron una línea que incita a la violencia y al confesionalismo», declaró el director encargado de los medios de comunicación, Muyahed Abulheil.
Desde el martes pasado se registra en Irak una ola de violencia que hace temer una repetición del sangriento conflicto confesional que siguió a la invasión liderada por Estados Unidos en 2003.
«Después de una serie de advertencias, (la Autoridad) tuvo que suspender la licencia de esas cadenas en todo Irak», agregó.
Entre los diez canales suspendidos figuran las cadenas iraquíes Bagdad, Alsharqiya y al Faluyah.
La suspensión de las licencias «significa la suspensión de su trabajo y de sus actividades en Irak», afirmó, precisando que dichas cadenas ya no podrían «cubrir los acontecimientos en Irak o circular» en el país.
Esta decisión tiene lugar mientras Irak está sacudido por la violencia desencadenada el martes por un asalto de policías, cerca de Huweijah (norte), contra un campamento de manifestantes sunitas hostiles al primer ministro Nuri al Maliki, un chiita, que provocó fuertes enfrentamientos.
En respuesta se lanzaron ataques contra el ejército y actos de violencia que en cinco días dejaron más de 215 muertos y 300 heridos, según responsables.
La tensión aumentó desde que la poderosa milicia de los Sahwa, fiel al gobierno de Nuri al Maliki, amenazó con lanzar una guerra contra los insurgentes, como en los peores años del conflicto que siguió a la invasión dirigida por Estados Unidos contra Irak en 2003, haciendo temer una escalada incontrolable de la violencia.
Al mismo tiempo, las fuerzas de seguridad del Kurdistán autónomo (norte) se desplegaron el sábado cerca de Kirkuk, para enfrentar según ellas eventuales ataques contra esta ciudad multiétnica rica en petróleo y reivindicada tanto por los kurdos como por el poder central de Bagdad.
El sábado, Maliki relacionó la violencia religiosa con el conflicto en la vecina Siria.
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