Relaciones Exteriores

El G8 condena la actitud de Corea del Norte y le amenaza con más sanciones

Los ministros de Relaciones Exteriores del G8 condenaron enérgicamente el jueves en Londres las actividades nucleares de Corea del Norte y le amenazaron con más sanciones si lanza un misil, pero no zanjaron sus diferencias sobre Siria más allá de mostrarse "horrorizados" por el número de muertos del conflicto.

Mesa del G8 / AFP

Al término de una reunión de dos días, los representantes de los siete países más industrializados y Rusia condenaron «en los términos más fuertes posibles el desarrollo continuado de los programas de armas nucleares y misiles balísticos» por parte del régimen norcoreano, que «constituyen una violación directa» de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, según la declaración final de la reunión.

«Si Corea del Norte lleva a cabo otro lanzamiento de misil o ensayo nuclear, nos comprometimos a adoptar más medidas importantes», precisó posteriormente en una rueda de prensa el ministro británico William Hague, anfitrión de la reunión.

Esa posibilidad de «medidas adicionales» estaba ya contemplada en la última resolución de la ONU, adoptada unánimemente en marzo en el Consejo de Seguridad tras un nuevo ensayo nuclear -el tercero desde 2006- por parte de Pyongyang el 12 de febrero.

El líder norcoreano, Kim Jong Un, amenaza ahora con el lanzamiento de uno o más misiles de prueba en torno al aniversario del nacimiento del fundador del país, su abuelo Kim Il Sung, el 15 de abril.

Los ministros le advirtieron que esta «retórica agresiva» no servirá más que para profundizar el aislamiento del país, y le urgieron a participar en conversaciones multilaterales «creíbles y auténticas» sobre desnuclearización.

Si el consenso reinó respecto a Corea del Norte entre los jefes de la diplomacia de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia), no ocurrió lo mismo con Siria, la otra gran crisis actual en el mundo que se ha cobrado 70.000 vidas en algo más de dos años, según la ONU.

Un responsable de la administración estadounidense había anunciado una «declaración bastante fuerte», reconociendo sin embargo que el texto había sido objeto de «duras discusiones», debido sobre todo a objeciones rusas.

En su comunicado final, los ministros del G8 se limitaron a declararse «horrorizados» por el elevado número de víctimas, el millón de refugiados en países vecinos y los dos millones de desplazados internos del conflicto, y a urgir a la comunidad internacional a «aumentar sus contribuciones» a las últimas peticiones de ayuda de la ONU para el pueblo sirio.

«El mundo ha fallado hasta ahora en su responsabilidad y sigue haciéndolo», admitió en su rueda de prensa William Hague.

«No hemos logrado ningún avance sobre este asunto pero es vital que sigamos discutiendo», agregó, señalando que la crisis siria estaba en camino de convertirse en «la mayor catástrofe humanitaria de lo que va de siglo XXI».

El G8, y especialmente Estados Unidos, buscaba lograr que Moscú, aliado incondicional de Damasco, flexibilizara su posición, y Kerry se había entrevistado con el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov.

El secretario de Estado norteamericano, así como sus homólogos británico y francés, mantuvieron también encuentros con la oposición siria, invitada a Londres al margen de la reunión.

Los opositores al régimen de Bashar al Asad trataron de convencer a Estados Unidos de que les proporcionara armas, llamamiento que coincidió con el juramento de lealtad a Al Qaida por parte del Frente Al Nosra, en primera línea de combate contra el régimen sirio.

Pero Kerry, cuyo país proporciona una importante ayuda humanitaria a la rebelión pero no ayuda militar, «no prometió nada», según un representante del departamento de Estado.

En cambio, el jefe de la diplomacia estadounidense asistirá el 20 de abril en Estambul a una nueva reunión del grupo de Amigos de Siria, formado por países árabes y occidentales opuestos al régimen de Asad.

Rusia se opone totalmente a armar a la rebelión siria y ha bloqueado varias veces proyectos de resolución en la ONU destinados a incrementar la presión sobre el régimen sirio.

Hague defiende por su parte un levantamiento del embargo de la Unión Europea sobre las entregas de armas a las fuerzas de la oposición.

Francia, tras haber parecido estar en la misma línea, hizo saber que no había fijado todavía su posición y señaló que debía determinar primero si podía «tener confianza» en la oposición siria debido al riesgo de que las armas caigan en manos de extremistas.

Además de examinar estos dos temas candentes, los ministros acordaron este jueves un plan, dotado con 27,5 millones de euros para luchar contra las violaciones de guerra, y proteger a los cientos de miles de víctimas.

Hague calificó de «histórico» el acuerdo alcanzado con sus homólogos, en otra declaración a la prensa acompañado de la actriz estadounidense Angelina Jolie, embajadora de buena voluntad de la ONU, y de la representante especial de la ONU para la lucha contra la violencia sexual en conflictos armados, Zainab Hawa Banqura. AFP

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