Argentina presume: tenemos a Maradona, Messi, el Papa, Gardel, la reina Máxima…

Bajo el tema «los argentinos dominamos el mundo», se sucedían en twitter los mensajes sobre las personalidades del país: «Papa, Reina, Messi, Maradona, Caruso Lombardi, Borges, Gardel. Y la lista sigue», afirmaba uno de ellos.

«El dios del fútbol es argentino y ahora también el Papa es argentino, una cosa que hace sentir feliz a su país», dijo Diego Armando Maradona aludiendo a sí mismo, en declaraciones difundidas por el diario La Nación.

Maradona metió un gol a Inglaterra con la mano en el mundial de México-1986 que explicó en su momento por la intercesión divina: fue la mano de Dios.

«La otra mano de Dios», titulaba en portada el diario deportivo Olé sobre la elección de Bergoglio, hincha del histórico y popular club San Lorenzo, fundado en 1908 por un sacerdote.

«¡Viva el Papa, viva la Argentina! Dios está con nosotros», exclamó en su cuenta twitter la actriz y animadora de televisión Susana Giménez.

Algunos argentinos ven ahora más cerca la reconquista de las islas Malvinas -inglesas desde 1833 y reclamadas por Buenos Aires- o la victoria en el Mundial de fútbol Brasil-2014 debido a que cuentan con el papa Francisco en Roma.

«Con D10S, el Messias y el Papa que se agarren los brasucas que en el 2014 nos llevamos la copa», decía en Twitter el comentarista de la farándula Jacobo Winograd (@JacoWinograd), refiriéndose de nuevo a Maradona y a Messi.

La rivalidad futbolística entre brasileños y argentinos se trasladó al cónclave en el Vaticano porque el cardenal brasileño Odile Scherer había sonado mucho más como Papa que Bergoglio.

«Los argentinos ya tienen a Messi… ¿y ahora un Papa?», se preguntaba el diario brasileño Meia Hora.

«Vamos a por las Malvinas, carajo!», exigía @Ema_digioia. También en Londres se relacionó el nombramiento del papa Francisco con las islas en disputa. Los diarios The Sun y The Times recordaban que el actual Sumo Pontífice defendió la soberanía argentina sobre esos territorios del Atlántico sur.

Había autocrítica también: «un país que tiene todo para estar en la cima, se hunde al parecer sin remedio. Y es capaz de producir un papa. Paradojas de nuestra Argentina», escribió un lector de La Nación, Juan Carlos Sorondo. AFP