Huevos “bio”

Fraude alimentario europeo salpica Alemania con la “mayor estafa” ecológica

La ministra de Agricultura, Alimentación y Consumo de Alemania, Ilse Aigner reconoció que el país se enfrenta a “la mayor estafa” que se conoce en el país con alimentos “orgánicos”, tras confirmar que los huevos “bio”, así como las gallinas de esas características –todo certificado como de producción ecológica- han realizado “una estafa a gran escala”.

Foto: AFP

Después que los europeos dejaran de comer hamburguesas y alimentos precocidos, al detectarse que muchos estaban producidos con carne de caballo, pese al etiquetado que los indicaba como de vacuno, y de retirarse miles de cajas de postres Ikea, por contaminación “con colibacilos fecales”, ahora la conmoción alimentaria alcanzó a los productos presuntamente libres de todo tipo de afectación biológica o contaminantes.

Los investigadores de la Fiscalía de Oldenburgo –en Baja Sajonia- confirmaron este miércoles el inicio de acciones legales contra al menos 150 granjas que producían huevos etiquetados como “ecológicos” (que en el mercado cuestan hasta un 70% más que los comunes) cuando en realidad en nada se diferenciaban de los producidos de forma masiva.

Los requisitos para producir huevos ecológicos

Los granjeros de Baja Sajonia -a los que la investigación sumaría en las próximas horas otros 50 más de otras zonas de Alemania- enfrentan procesos judiciales por asegurar a los consumidores que la producción que realizaban era ecológica, cuando no lo era.

Los “productores ecológicos” deben garantizar que cada seis gallinas tienen al menos un metro cuadrado de espacio compartible, que las gallinas se mantienen la mayor parte del tiempo al aire libre, que no se les aplican antibióticos ni hormonas, y que la calidad del alimento está regulada por condiciones “ecológicas”.

Sin embargo el auge que tiene en el mercado alemán este tipo de alimentos (los huevos ecológicos alcanzan al 7% de las ventas), hizo que muchos se tentaran a aumentar la producción desenfrenadamente, para lo cual violaron las normas exigidas, pero aplicaron igual etiquetas “bio” para mantener el lucro.

Ahora la Justicia alemana enfrenta el dilema de conducir a cientos de productores a juicio penal, o limitarse a aplicar multas a las granjas. La Asociación de Avicultores de Baja Sajonia, calificó de “sensacionalistas” las informaciones, diciendo que se “exagera” el escándalo, y que los huevos alemanes son de “mucho mejor calidad” que muchos de los importados.

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