Indignación: carne de caballo en hamburguesas de cuatro grandes supermercados

10 millones de hamburguesas fueron retiradas de la venta este miércoles por las cadenas Tesco, Lidl, Aldi y Iceland, “contaminada”, tras detectarse DNA de caballos y de cerdos en sus ingredientes. La primera denuncia fue formulada en Irlanda, donde Tesco estaba vendiendo carne para hamburguesas (carne picada) con grandes descuentos. Sin embargo un análisis de rutina de la Food Safety Authority of Ireland, (el organismo que evalúa la calidad alimentaria), descubrió el problema. La noticia se expandío como reguero de pólvora e inmediatos chequeos en Escocia e Inglaterra descubrieron el mismo fenómeno en otras sucursales de los hipermercadistas.

Excusas, argumentos, mentiras y consecuencias

En un primer momento las cadenas ordenaron retirar toda la carne molida a la venta y pidieron excusas a los clientes diciendo que se trataba de un error técnico. Horas más tarde expertos financiados por las cadenas, dijeron que el fenómeno no era para sorprenderse, ya que las unidades de refrigeración de carne de res y los mataderos manejan distintos tipos de carne y que había una “inevitable transferencia molecular”.

Sin embargo los investigadores estatales volvieron sobre las muestras del producto y exigieron más de entre las retiradas del mostrador y probaron que 27 muestreos de la carne al público, tenían hasta un 29% de carne de caballo.

Ahora, los supermercados hablan de “fraude” e incluso de “incompetencia”, y responsabilizan a un aditivo de proteína de carne en polvo importado de España y Holanda, que se usa para rellenar las hamburguesas más baratas.

El tema ha llegado al Gobierno, donde el propio David Cameron calificó de “completamente inaceptable” lo ocurrido y advirtió que la investigación total está en curso. Las autoridades sanitarias finalmente, tranquilizaron a la población que la carne de caballo empleada, estaba al menos en condiciones comestibles y no hay peligros para la salud pública.