Argentina: asaltos colectivos a comercios evocan el estallido social de diciembre de 2011
La serie de asaltos a comercios que se sucedieron en ciudades de Argentina en las últimas horas evocó el estallido social y los saqueos de diciembre de 2001, cuando colapsó el sistema económico y financiero. Pero analistas advierten que el actual escenario es muy distinto.
El gobierno de Fernández, a través de su jefe de Gabinete ministerial, Juan Manuel Abal Medina, responsabilizó de los saqueos a sectores sindicales opositores que realizaron el miércoles 19 una manifestación contra el impuesto a las ganancias que grava los salarios más altos.
En tanto, autoridades provinciales y municipales coincidieron en que los disturbios, que mantienen a las fuerzas de seguridad en alerta, no son expresión de una protesta o un reclamo, sino delincuencia simple, instigada por otros intereses que no identifican.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, declaró que «llevarse un (televisor con pantalla de) plasma no es (tener) hambre, es un hecho vandálico. Esos individuos con la cara tapada irrumpen en los supermercados para robar», acusó.
Por su parte, el intendente Sergio Massa, de la localidad de Tigre, donde se produjeron robos, saqueos y destrozos en diversos comercios y supermercados, indicó que son simplemente «ladrones» cuya osadía es «inexplicable sin agitadores detrás».
La socióloga Giarraca sostuvo que la protesta sindical del miércoles «fue para que se retire el impuesto a las ganancias, pero no era el reclamo de 2001 por el ‘no-salario’ de millones de desocupados».
Restadas esas condiciones para explicar esta nueva ola de saqueos, la experta indicó que «solo quedan motivaciones políticas».
«Los dirigentes partidarios y sindicalistas opositores buscan desestabilizar al gobierno» de Fernández, denunció.
También llamó la atención sobre la gran cantidad de adolescentes y jóvenes que protagonizaron estos episodios de violencia, lanzando piedras contra la policía que resistía detrás de escudos protectores y respondía con balas de goma. «No nos olvidemos que en Argentina hay cerca de 1,5 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan y que son carne de cañón para estar al servicio de grupos políticos o de delincuentes», advirtió.
Al respecto, el obispo católico de Bariloche, Fernando Maletti, señaló que aún hay argentinos «en situación de emergencia» y agregó que, a su juicio, los jóvenes de su ciudad fueron «instigados» a cometer saqueos en supermercados y comercios minoristas.
Maletti celebró «las cosas buenas que se están haciendo», pero pidió profundizar el proceso de contención social y de falta de horizonte, «particularmente de los miles de jóvenes que están a la deriva y no tienen proyecto».
Por su parte, Néstor Pitrola, dirigente del izquierdista Partido Obrero, crítico del gobierno nacional, hizo otra lectura de los sucesos. Dijo a IPS que el alza en el precio de los alimentos «está afectando seriamente a los sectores más empobrecidos».
«Nosotros no apoyamos la estrategia de los grupos que se organizan para ir a los supermercados a reclamar alimentos y mucho menos avalamos los saqueos, pero sí reclamamos al gobierno por una inflación que ya es de 30 por ciento anual», fustigó, en referencia al indicador que manejan entidades privadas en discrepancia con los datos oficiales que rondan entre ocho y nueve por ciento.
Respecto de 2001, Pitrola admitió que «los escenarios nunca son idénticos», pero advirtió que «el gobierno está acumulando circunstancias explosivas» y que «no hay que extrañarse si tenemos más de este tipo de estallidos sociales».
Consultado acerca de supuestos instigadores, el dirigente dijo que no se sorprendería de que hubiera «punteros» (militantes que operan como referentes locales) del propio Partido Justicialista «que estén aprovechando el cuadro de marginalidad social» para agitar este descontento.
La presidenta Fernández pertenece al Partido Justicialista (peronista), pero en el marco de la corriente centroizquierdista Frente para la Victoria, combatida por sectores derechistas internos o que se declaran independientes.
A pesar de haber sido reelegida a fines de 2011 con 54 por ciento de los votos, la mandataria enfrenta una tenaz oposición de fuerzas partidarias de distintos signos ideológicos y de parte del sindicalismo dividido en dos centrales, que en los últimos meses se expresaron en actos, cacerolazos y huelgas. IPS
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