Frivolidades

Instagram, entre la envidia y el desprecio: ponen de moda odiar niños ricos en Internet

Todo comenzó el 13 de julio último cuando un grupo de jóvenes aburridos –y reconocen que con unas copas de más- comenzaron a buscar en Instagram, fotos etiquetadas como “ricos”, “mansión” “yate” y cosas por el estilo: lo subieron a la red en forma de un blog Rich Kids of Instagram (Niños Ricos de Instagram)… pero nunca pensaron que tendrían el éxito arrollador que alcanzaron.

Foto: Instagram

A medias entre la envidia, el odio, el desprecio y otras pasiones humanas, decenas de personas adhirieron al blog, donde aparecen algunos apellidos famosos (Trump, Hilton), aunque la gran mayoría son desconocidos.

Los chicos ricos, son a veces admirados por lo que hacen con su dinero, pero en la mayoría de los comentarios se refleja una veta de envidia inevitable para quienes deben sudar para ganar en un año, o en toda la vida, lo que estos chicos gastan en menos de una noche.

RKOI: de una broma a lidiar con la prensa grande

El comienzo de la cuestión –bautizada ya RKOI, por sus siglas en inglés-  no tuvo nada que ver con su actual desenlace: el Washington Post o el New York Times, ya han dedicado artículos procurando interpretaciones de un fenómeno novedoso y poco explicable.

Un bebé aparece con la vista fija en su laptop mientras viaja en su jet privado; una botella de Dom Perignon de miles de dólares es vaciada por un joven desde un yate a un lago; un tercero recibe una Ferrari como regalo de cumpleaños; otro mordisquea su tarjeta American Express dorada, otro exhibe una AK-47 bañada en oro diseñada por Versace.

Todos representan de un modo u otro al 1% de la población americana que controla el 90% de la riqueza de ese país, y verlos hacer, verlos gastar a manos llenas, parece ser desde consuelo a revancha de la absoluta mayoría.

RKOI, emplea las fotos públicas de la Instagram para ello, y lo que de un lado de la pantalla es un éxito, del otro lado comienza a reflejar el odio que puede pesar sobre los ricos cuando su fortuna se hace pública.

Ahora varios reclaman ser “bajados” de la página y presionan para ello. Tal el caso de Alexandra Dell, hija del pope de las comunicaciones Dell, que estaba siendo rastreada a través de sus tuits de viajes, por desconocidos que podrían burlar la seguridad que su padre paga para cuidarla. El Sr. Dell paga US$2,7 millones anualmente en seguridad para su hija.

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