El PRI cierra campaña con clara ventaja para volver al poder en México

En Toluca, capital del estado de México, del cual fue gobernador y donde nació, el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) prometió seguridad y crecimiento económico, aunque sin mencionar la violencia que desangra al país, con más de 50.000 muertos en seis años.

«Queremos un país que vuelva a ser seguro y en paz, con mejores condiciones de vida y crecimiento económico, es mi mayor compromiso», dijo Peña Nieto en la plaza central de Toluca, 70 km al este de Ciudad de México, con decenas de miles de seguidores que debieron pasar por detectores de armas.

Abogado de 45 años, el candidato se muestra como el rostro de la nueva generación del PRI, capaz de dejar atrás la tacha de autoritario y corrupto del partido que gobernó a México por 71 años hasta que fue derrotado en 2000 por el Partido Acción Nacional (PAN, conservador).

«Por el cambio, les pido un voto de confianza. Estamos en la recta final. Vamos a combatir de raíz la pobreza», proclamó el candidato, ante una plaza cercada por la seguridad, que coreaba «¡Enrique, presidente!», bajo una lluvia de papelitos de colores.

El aspirante del PRI culmina la campaña con una intención de voto que oscila entre el 41% y 45%, de 10 a 17 puntos arriba de López Obrador, ex alcalde de Ciudad de México de 58 años, que en 2006 perdió la presidencia por 0,56% de los votos, lo que denunció como fraude.

Con una marcha por el Paseo de la Reforma y un mitin que congregó más de 200.000 seguidores en el Zócalo, una de las plazas centrales más grandes del mundo, López Obrador dijo que «vamos a volver a ganar la presidencia» aunque la maquinaria del PRI trató «de imponer a Peña mediante la mercadotecnia y la publicidad».

«Pero la realidad es otra, la gente quiere un cambio verdadero, y no lo podrán impedir ni con la guerra sucia ni con la compra de lealtades, de conciencia y de votos», dijo Obrador, ante el grito de «Fuera Peña, fuera Peña» de sus seguidores.

La candidata oficialista Josefina Vázquez Mota, una economista de 51 años y primera mujer en aspirar a la presidencia por uno de los grandes partidos, cerraba su campaña en Guadalajara (oeste, segunda ciudad), relegada al tercer lugar en los sondeos, más de 20 puntos abajo de Peña Nieto.

La violencia desatada por la ofensiva militar contra los cárteles que lanzó el presidente Felipe Calderón apenas llegó al poder en 2006 y la pobreza en que vive casi la mitad de los 112 millones de mexicanos, pese a cierta estabilidad macroeconómica, explicarían, según analistas, una debacle del PAN.

«Que pare tanta matanzón y vuelva la paz a México, que haya empleo y baje la cuota del gas. Eso espero, pero la verdad no creo en nadie; salen unos, entran otros, y es lo mismo», dijo a la AFP Lidia Reyes, vendedora de tortillas de 58 años, que llegó con su nieta a la plaza en Toluca «para salir de la rutina».

Peña Nieto, siempre primero en las encuestas, remontó en la última semana terreno que perdió a comienzos de junio, tras sonadas protestas del movimiento universitario #Yosoy132, que pide no votar por el PRI para evitar un retroceso para la democracia.

El movimiento de jóvenes, animador de una campaña que comenzó sin mayores emociones, hizo un nuevo llamado a votar contra Peña Nieto en una marcha que concluyó en el monumento a la Revolución.

Los jóvenes, que quemaron una enorme figura de cartón de Peña Nieto, convocaron a nuevas manifestaciones, incluida una el sábado, a pesar de la veda electoral.

Un cuarto candidato, Gabriel Quadri, del minoritario Partido Alianza Nacional (Panal), tiene menos de 4% de intención de voto, y cerró su campaña en Zacatecas (norte).

Tras concluir la campaña, que arrancó el 30 de marzo, regirá una veda de propaganda y sondeos electorales previa a los comicios -sin segunda ronda- en los que 79,5 millones de mexicanos están llamados a elegir al presidente para el periodo