Mandatarios del G-20 inician cumbre buscando soluciones a la crisis europea y otros nubarrones sobre la economía mundial

Las expectativas previas estaban centradas en lo que ocurriera en Grecia y en España: las noticias fueron muy alentadoras con respecto a las elecciones griegas cuyo resultado garantiza la permanencia de ese país dentro de la zona euro.

Menos halagüeñas son las noticias desde España, donde se esperaba que las finanzas comenzaran a retomar un giro ascendente, pero, contrariamente a lo anunciado por el gobierno, la tendencia es a una frágil estabilidad, con miras a un decaimiento en lo inmediato.

La clave es la devolución de la confianza

Los líderes mundiales deben coincidir en una demostración de fuerza contundente que afirme su poder sobre las contingencias económicas y los deseos de los financistas que especulan en todo el mundo, haciendo que la confianza, en la hasta ayer nomás potentísima maquinaria económica de Europa, vuelva a sus carriles.

“Quizás el recurso más necesario en este momento es el liderazgo responsable y visionario que requiere el mundo para tomar las decisiones correctas en el momento oportuno”, afirmó el presidente anfitrión, el presidente de México, Felipe Calderón.

La presión es también extramuros del viejo continente: Estados Unidos urge para Europea devuelva movilidad económica a sus plazas, en tanto la reelección del presidente Barack Obama corre peligro, si no logra devolver a las exportaciones hacia Europa a un ritmo que le consolide su proyecto de reactivación industrial.

Sin embargo el socio más poderoso de la Eurozona –Alemania- está en desacuerdo con nuevas experiencias inversoras sin control y apunta a cerrar todavía más la austeridad proclamada hasta que –nadie explica como ni cuando- deje de ahondarse la crisis global.