Dilma Rousseff vetó artículos de la nueva ley forestal brasileña

La más polémica de las medidas ha sido el veto a la amnistía propuesta para los terratenientes que deforestaron parte de la Amazonia hasta el año 2008. El Senado había sido eliminado originalmente por el Senado, pero cuando volvió a la Cámara de Diputados, lo reimplantaron.

Ahora el Poder Ejecutivo dispone hasta la semana entrante para presentar sus alegatos.

Para el gobierno la aprobación del nuevo Código forestal es considerada una derrota, pero era previsible que ocurriera en tanto la mayoría de la cámara baja responde a los intereses de los terratenientes, e incluso varios diputados lo son ellos mismos.

Defendiendo la deforestación

Los defensores de continuar talando la Amazonia, afirman que el veto de la presidenta significará disminuir la producción de alimentos y que los pobres serán los que terminarán pagando la comida más cara.

Las organizaciones ambientalistas –que acamparon durante días frente al palacio presidencial pidiendo el veto total- el proyecto aprobado por los legisladores es “horripilante”. “Es la deforestación final de la selva”, dijo el director de Avaaz una organización ambientalista que juntó dos millones de firmas para que se reviera la decisión.

La presidenta aspira paralelamente a dar una imagen adecuada de Brasil en materia de protección ambiental, cuando faltan días para que Río de Janeiro sea la sede del mayor encuentro mundial sobre medio ambiente que organizan las Naciones Unidas.