Olimpiadas culinarias

Durante 5h35 veinte chefs europeos pelean por ganar el Bocuse d’Or

Foto: AFP

Un islandés corta metódicamente champiñones, un belga vigila sus «galettes» caramelizadas, mientras que un francés confirma que está bien de tiempo. Tienen cinco horas y 35 minutos exactos para preparar dos platos a base de carne y pescado, con un mínimo de tres acompañamientos.

La meta es demasiado sabrosa para estos jóvenes, prácticamente desconocidos por el gran público. Así el valenciano Evarist Miralles sueña con ser uno de los doce primeros clasificados en esta fase para competir en el Campeonato Mundial Bocuse d’Or, que se celebrará en Lyon (Francia) en 2013.

A sus espaldas, sus entrenadores, vestidos de túnica blanca y la inscripción «COACH» que los identifican, los miran con celo. «Conozco sus platos al dedillo. Estoy aquí para hablarle, estimularle y encontrar soluciones en caso que sea necesario«, explica el entrenador británico Nick Vadis.

Su candidato, Adam Bennett, chef de un restaurante premiado en Birmingham, intentará ser «creativo» con un menú «franco-británico moderno», explicó Vadis, sin dejar de vigilar el avance de la propuesta.

Este joven no tuvo más remedio que entrenar en las horas de cierre del restaurante y las noches. En ese sentido, se encuentra en clara desventaja con respecto a los candidatos de los países escandinavos, que acapararon los títulos continentales en 2008 y 2010.

Orjan Johannessen abandonó su restaurante familiar en la costa oeste de Noruega durante seis meses, durante los que elaboró y ejecutó una y otra vez sus recetas bajo cronómetro, buscando la perfección del sabor, la textura, de los colores.

«Se preparó con un equipo de cinco personas a tiempo completo», confió el noruego Eyvind Hellstrom, de 60 años, quien durante años dirigió la cocina del restaurante «Bagatelle», el primero en recibir las codiciadas estrellas Michelin.

El candidato francés, Thibault Ruggeri, se entrena desde hace cuatro meses, todos los días después del trabajo y cada fin de semana. Junto a su equipo, propone una receta a base de lenguado relleno de apio salvaje, trufas y langostinos grises.

Su plato a base de ave del corral está presentado como si de una tarta se tratara, con foie gras y un poco de trufas.

«Quisimos ser originales, con una propuesta moderna, para evitar copiar ediciones precedentes», explicó.

Los veinte chefs saben que su vida pende de ese concurso que debe su nombre al chef francés Paul Bocuse. Sin lugar a dudas sería el mejor trampolín para su carrera. Como le sucedió a Serge Vieira, vencedor en 2005 y que luego fue galardonado con dos estrellas Michelin con su restaurante Cantal, o el francés Yannick Alléno, ganador en 1999 y actualmente chef de Meurice, el restaurante parisino galardonado con tres estrellas. AFP

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