A propósito de la muerte de Lourdes Pellejero  

No son problemas triviales

Para la crónica roja todo comenzó el pasado domingo 16 de julio cuando apareció un taxi abandonado a la orilla de un camino y nada se sabía de sus ocupantes: el taxista y su ex pareja, separados desde hacía un tiempo.

Pasaron dos días y apareció el cadáver de él junto a una carta en la que indicaba que había matado a su ex esposa y daba referencias para que se la ubicara. Pero la Policía necesitó dos días más para dar con su cuerpo, en una zona descampada cercana al Comcar, ultimado de dos balazos. Y allí concluía el caso, otro más en el que todo termina con la muerte –en esta situación particular, además de la de la víctima, la del victimario–.

Atrás quedaban las numerosas denuncias que Lourdes Pellejero había realizado en Comisarías y Juzgados de Familia sobre las amenazas que sufría de su ex esposo. Situaciones de violencia que no por su repetición constante y cotidiana han ganado el derecho a ser atendidas como corresponde.

Como adivierten en un comunicado de prensa sus compañeros y compañeras de trabajo de Médica Uruguaya y del Hospital Pereira Rossell, «en un gremio donde la mayoría son mujeres, como es el de la salud, sabemos que esto es frecuente y por eso hacemos un llamado a las autoridades: como ser ministro del Interior e Instituto de la Mujer y la Familia, que han trabajado en estos temas, a que se extremen los esfuerzos por dar curso y seguimiento a este tipo de denuncias que tantas veces son tomadas como problemas triviales y sin embargo desembocan en muertes.

Admitir que la violencia a las mujeres existe y combatirla es un compromiso de todas las instituciones y de la sociedad toda. (…) No a la violencia doméstica. Por la vida». Firman: Olga Sosa y Gustavo Prieto, presidenta y secretario, respectivamente, de APMU (Asociación del Personal de Médica Uruguaya).

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