En 2001 los gobiernos del mundo deberán rendir cuentas

Ochenta millones de niñas no van a la escuela

Sin acceso a la educación integral y a otras oportunidades para las niñas, las naciones no alcanzarán su pleno desarrollo, advierte Unicef, recordando que en el planeta viven 80 millones de ellas que no van a la escuela.

De acuerdo a las cifras de la agencia de la ONU, de los 130 millones de menores en países en desarrollo que no van a la escuela, 60 por ciento son niñas. Ellas, al llegar a los 18 años de edad, alcanzan un promedio de escolaridad de 4.4 años menos que los varones. El número de años que las niñas asisten a la escuela se relaciona directamente con los embarazos tempranos, así como con la falta de oportunidades laborales.

Unicef señala que la pobreza, las tradiciones culturales, la exclusión de adolescentes embarazadas, y más recientemente el fenómeno del VIH, son factores que alejan a las niñas de la escuela. Pero aun cuando las menores entran a los establecimientos educativos, los estereotipos discriminatorios contra ellas se refuerzan con las actitudes de los docentes y los libros de texto.

Unicef reconoce que los programas de educación sexual son eficaces para proteger a las y los jóvenes contra el VIH, según se desprende de un análisis sobre los mismos en 68 países. De todas las nuevas infecciones, dos terceras partes se producen en mujeres jóvenes, con mayor riesgo de contagiarse porque su baja condición social las orilla a tener relaciones sin protección.

Rumbo a la evaluación a diez años de la Convención Internacional sobre los Derechos de la Niñez, Unicef destaca en el documento «Hechos y Cifras 2000″ que los nuevos retos están frente al creciente fundamentalismo religioso, así como a la globalización que puede dejar a muchos atrás, especialmente a las niñas.

La sesión especial de la Asamblea General de la ONU para evaluar las acciones a favor de la niñez en la última década se llevará a cabo en Nueva York en setiembre de 200l, por lo que ya comenzaron las reuniones preparatorias. Respecto a ellas, Marta Scarpato, de la Internacional de la Educación, señala que –como ocurrió en las sesiones previas a la evaluación quinquenal de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer (Pekín +5)–, varios gobiernos rechazaron, aun como borrador, el documento que había presentado Unicef inicialmente.

A la sesión preparatoria que se realizó en mayo pasado asistió un número importante de organizaciones no gubernamentales ligadas a la derecha religiosa fundamentalista, que piensan que las niñas y los niños son propiedad de sus padres, y que se oponen con fuerza a temas como la educación sexual o el derecho a la confidencialidad de las y los adolescentes.

Estas ONG eran principalmente de Africa, ligadas a grupos religiosos conocidos como sectas, y otras de países desarrollados como Gran Bretaña, ligadas al «home-schooling», grupos de padres de familia que educan a sus hijas e hijos fuera del sistema educativo oficial, partiendo del principio de que es la familia y no la escuela la que debe enseñar los valores tradicionales.

Scarpato advierte que, desafortunadamente, estos grupos alejan a las niñas de las oportunidades de igualdad, por su corte conservador y machista, además de que están en contra de la educación sexual en el ámbito escolar.

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