BRECHA DE GÉNERO

Estudio de la ONU: Más mujeres en Latinoamérica están trabajando pero la brecha de género persiste

Cada vez más mujeres ingresan a la fuerza laboral en América Latina, con un aumento del 11% en los últimos 30 años. Sin embargo, la desigualdad persiste.

Foto: Pixabay
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Una nueva investigación realizada por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), destaca la variedad de factores que influyen en la participación laboral de las mujeres en la región, al tiempo que destaca los beneficios sociales y económicos de las mujeres en la fuerza de trabajo.

A pesar de la disparidad entre el número de hombres y el de mujeres que se han insertado en las fuerzas laborales del continente, las nuevas cifras demuestran que la brecha entre la participación laboral de las mujeres y la de los hombres todavía es de más del 25% en promedio. Además, un análisis aún más profundo en la escala salarial muestra que por cada hora trabajada, las ganancias de las mujeres son en promedio un 17% inferiores a las de los hombres que tienen la misma edad y nivel educativo y económico.

En 2018, más de la mitad de todas las mujeres (de 15 años o más) en 18 países de la región estaban empleadas: Perú tenía el liderazgo con un 68.7%, seguido por Bolivia con un 63%, y entre las más bajas, Costa Rica con 45.1% y 43.5% en México.

Uno de los factores que facilitan la inserción de las mujeres es la educación. En Perú, por ejemplo, el 90% de las mujeres con educación avanzada (que en este caso se refiere a la escolarización más allá del nivel secundario), trabajaban, y el 80% en Venezuela, con correlaciones similares en los países vecinos.

Trabajo y calidad de vida

Mayores oportunidades de trabajo no necesariamente implican una mayor participación o mejor calidad de vida para las mujeres, indica el estudio. La cantidad de trabajo no remunerado que se debe realizar dentro del hogar, junto con el trabajo para obtener ingresos económicos, puede duplicar la carga de trabajo de las mujeres si los deberes no remunerados no están equilibrados y bien distribuidos entre los miembros de la familia. 

Ampliar la participación de las mujeres en el mercado laboral, por lo tanto, requiere cambios importantes en la sociedad, con el fin de distribuir el peso de las labores domésticas y así descargarlo de los hombros de ellas.

El estudio se puede leer completo en este enlace.

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