ARGENTINA

Intervención inspirada en “El cuento de la Criada” por el Aborto Legal en Argentina

La exitosa serie 'El cuento de la criada', basada en la novela de la escritora canadiense Margaret Atwood, traspasó la pantalla e inspiró una marcha feminista en Argentina en su lucha por derecho al aborto libre, seguro y gratuito.

Intervención inspirada en “El cuento de la Criada” por el Aborto Legal en Argentina . Foto: Lavaca-mu.
Intervención inspirada en “El cuento de la Criada” por el Aborto Legal en Argentina . Foto: Lavaca-mu.

El Senado argentino deberá votar el proyecto de ley sobre el aborto el próximo 8 de agosto tras haber logrado la aprobación en la Cámara de Diputados.

De cara a ese día se vienen realizando diversas actividades, una de ellas la protagonizaron cerca de un centenar de mujeres frente al Congreso de la Nación vestidas con el atuendo rojo y blanco — que llevan las mujeres fértiles que son forzadas a gestar hijos e hijas para la clase acomodada de Gilead, la dictadura imaginaria donde transcurre la novela de la canadiense Margaret Atwood, convertida en una popular serie—, y pañuelos verdes, un símbolo de la campaña por el aborto legal en ese país.

La inspiración en el cuento de la criada para la performance surge del apoyo que la autora de las novelas, Margaret Atwood, ha manifestado públicamente a la legalización del aborto en Argentina.

La escritora canadiense se dirigió a la vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti, que se posicionó como anti-aborto, y le expresó: «no olvides jamás las miles de muertes que ocurren cada año a causa de los abortos ilegales. ¡Den el derecho a elegir a las mujeres argentinas».

Margaret Atwood a la vicepresidenta argentina: «Denle a las mujeres argentinas el derecho a elegir»

La escritora canadiense hizo público su apoyo a la legalización del aborto en Argentina y envió…

La esclavitud de parir obligadas

Luego Atwood escribió una carta en apoyo a los grupos que defienden la despenalización del aborto y afirmó: «a nadie le gusta el aborto, incluso cuando es seguro y legal. No es algo que una mujer escogería para pasar un buen rato por la noche, pero a nadie le gusta tampoco que haya mujeres que se desangren hasta morir en el suelo de un baño por los abortos ilegales».

“¿En qué clase de país querés vivir? ¿En uno en el que cada individuo es libre de tomar decisiones concernientes a la salud y el cuerpo de ella o él, o en uno en el que la mitad de la población es libre y la otra mitad es esclavizada? Las mujeres que no pueden tomar la decisión sobre si tener o no bebés son esclavas”, cuestionó la escritora.

Para ella “las mujeres que no pueden tomar la decisión sobre si tener o no bebés son esclavas, porque el Estado reclama como propiedad a sus cuerpos y al derecho a dictar el uso al que deben someterse sus cuerpos».

«La única circunstancia similar para los hombres es el reclutamiento en el ejército. En ambos casos existe riesgo para la vida del individuo, pero un conscripto del ejército por lo menos está provisto de comida, ropa y alojamiento. ¡Incluso los criminales en las prisiones tienen derecho a esas cosas! Si el Estado exige el parto forzado, ¿por qué no debería pagar la atención prenatal, el parto mismo, la atención posnatal y el costo de criar al niño?», continuó en su texto.

Y planteo que «si el Estado está tan interesado en los bebés, ¿por qué no honrar a las mujeres que tienen más bebés respetándolas y sacándolas de la pobreza? Si las mujeres prestan un servicio necesario al Estado –aunque en contra de su voluntad– seguramente se les debería pagar por su trabajo. Si el objetivo es más bebés, estoy segura de que muchas mujeres se resignarían a la tarea si se las recompensara adecuadamente. De lo contrario, se inclinan por seguir la ley natural: los mamíferos placentarios abortarán ante la escasez de recursos –sostiene-. Pero dudo que el Estado esté dispuesto a brindar los recursos necesarios. En cambio, solo quiere reforzar el truco barato habitual: obligar a las mujeres a tener bebés y luego hacer que paguen. Y que paguen. Y que paguen. Como dije, esclavitud. Si se elige tener un bebé, eso es, por supuesto, un asunto diferente. El bebé es un regalo, dado por la vida misma. Pero para ser un regalo, debe ser dado libremente y libremente recibido. Un regalo también puede ser rechazado. Un regalo que no puede ser rechazado no es un regalo, sino un síntoma de tiranía”.

“Decimos que las mujeres ‘dan a luz’. Y las madres que han elegido ser madres sí dan a luz y lo sienten como un regalo. Pero si no han elegido, el nacimiento no es un regalo que ellas dan; es una extorsión contra sus voluntades. Nadie está forzando a las mujeres a tener abortos. Nadie tampoco debería obligarlas a someterse a un parto. Fuerce partos si usted quiere, Argentina, pero por lo menos llame a lo forzado por lo que es. Es esclavitud: es reivindicar poseer y controlar el cuerpo de otra persona, y sacar provecho de eso», concluyó.

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