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«Eso que llaman amor es trabajo no pago»

Los murales de mujeres realizando tareas domésticas junto a la frase de Silvia Federici "eso que llaman amor es trabajo no pago" están invadiendo Buenos Aires para poner sobre la mesa el tema del trabajo no remunerado que realizan cientos de mujeres día a día sin que sea considerado un trabajo.

trabajo no pago«Eso que llaman amor es trabajo no pago», es sin dudas una de las frases más reconocidas de la escritora feminista Silvia Federici que se dedica hablar entre otras cosas de la violencia económica que sufren las mujeres que muchas veces está invisibilizadaEn argentina la artista Ailen Possamay se ha apropiado de esa corta pero significativa frase para realizar intervenciones callejeras que interpelen a toda aquella persona que la encuentre.

Los murales de Possamay presentan acompañando la frase imágenes de mujeres haciendo tareas domésticas.

La artista contó que todo comenzó en el marco de un trabajo universitario, en afiches, que luego fueron trasladados a las paredes, a la vía pública.

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«Tiene que ver también con el tomar la calle, convertir todo en feminismo», explicó Possmay a FM La Tribu de por qué llevó su trabajo a las calles. Tiene que ver con «sacar un debate que estamos teniendo a la calle, abrir el juego a todo el mundo, a quien se sienta interpelado».

A su vez resaltó que la violencia económica es la naturlizada, la que menos se discute y menos se habla.

Ahí aparece el rol de falso amor que las mujeres tenemos que entregarle a la casa y todos sus componentes.

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La violencia física, y el rechazo a ella es que más se ha visibilizado en los últimos tiempo, fue la primera violencia en la que se enfocó el feminismo, porque es la más extrema per es la punta del iceberg, las violaciones, los abusos. Pero ahora hay que seguir avanzando contra todos los tipos de violencia, ir por debajo de ese iceberg, y la violencia económica está invisibilizada.

La artista se reconoció seguida de Federici y dijo que todo su trabajo proyectual fue sobre trabajo doméstico y economía feminista. En ese sentido contó que además de los murales, hizo objetos relacionados con la casa y las amas de casa, y por ejemplo hizo rollos de cocina que en vez de recetas traían técnicas defensa personal estampada, guantes de cocina que dicen ante la duda mejor viuda, si puedo hacer una torta puedo hacer una bomba, entre otros.

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Sobre los murales dijo que generaron un impacto muy fuerte, por la elección de las imágenes, que interpelan porque son del ámbito de lo intimo y de lo privado, expuestas en lo público. Y la frase es una frase que te golpea en la cara, porque te hace ver que lo que hacés no es amor, es un trabajo.

A su vez aprovechó para aclarar que no se está atacando a las amas de casa y a quienes deciden quedarse en la casa, sino que puedan visibilizar que lo que están haciendo en su casa es un trabajo, que tiene que ser reconocido por ellas y por todo los demás y recompensado.

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«Que estés en tu casa no quiere decir que no estés aportando monetariamente a tu casa», resaltó la artista junto a las periodistas que la entrevistaban. «Estás permitiendo que tu marido pueda salir a trabajar por no estar ocupándose de otras cosas, por lo tanto la mitad de ese salario es tuyo», agregaron.

La frase Federici y los murales de la artista argentina desconstruyen el hecho de que todas las acciones están marcadas desde el amor, la afectividad obligatoria, pero las imágenes muestran a mujeres haciendo algo, haciendo un trabajo, algo que si quisieran que alguien haga por vos tenés que pagarle.

«Son todas actividades que realizamos y que es tiempo», y el tiempo hoy es dinero, es lo que mueve la economía.

Durante la entrevista resaltaron las estadísticas de que las mujeres continúan dedicando el doble de horas que los hombres a las tareas de la casa y el cuidado, incluso las que trabajan fuera.

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«Si paráramos todas este ocho de marzo, el mundo efectivamente pararía, porque somo motor de un motón de elementos vitales, es una cuestión de existencia, y el problema de está también en el traspaso de las madres a hijas, sin incluir a los hijos, porque son tareas que por lo general nadie quiere hacer, por eso cuando se tiene mayor poder adquisitivo se contrata alaguen para que lo haga».

El fin es que el trabajo en el hogar se reconozca como tal, «los niños en el colegio dicen muchas veces que sus maáas no trabajan y en realidad están todo el dia trabajando, los levantan, les cocinan, limpian la casa, los van a buscar al colegio, etc».

 

Fotos: Facebook Ailen Possamay

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