Historias que inspiran a seguir luchando por la equidad de género

Stella Nyanzi, una de las feministas activistas más controversiales de Uganda, calificó al presidente de dicho país, Yoweri Museveni, como “un par de nalgas” y a su esposa, Janet quien se desempeña como ministra de educación, una “sin cerebro” en un post realizado en su propio Facebook (el de Nyanzi).

Nyanzi fue arrestada un viernes, más de dos meses después de haber “ofendido” al presidente con su posteo en Facebook, acusada de cometer acoso cibernético. Ella se declaró inocente, pero se le negó la libertad bajo fianza fue mantenida en una prisión de máxima seguridad durante 1 mes.

Stella, madre de 3 hijos, ya había realizado críticas tanto al presidente como a la primera dama, quienes se mantienen en el poder desde 1986. En reiteradas ocasiones, denunció el fracaso del gobierno para cumplir con su propuesta de proveer toallitas de menstruación en los colegios para las niñas, lo cual fue una de las promesas con las que Museveni realizó su campaña propagandística antes de las elecciones de 2016.

Luego de que la ministra de educación expresó que dicha promesa no podría ser completada por razones económicas, Nyanzi lanzo la campaña #Pads4girlsUg (Toallitas para las niñas de Uganda) que cuenta con una página de crowdfunding para juntar dinero para comprar y distribuir dichas toallitas sanitarias ella misma. Fue después de una recaudación de fondos para esta causa que el 7 de abril pasado fue arrestada.  “La falta de toallitas sanitarias en escuelas es una de las causas principales por las cuales muchas niñas dejan de asistir a clase en Uganda”, expresó Muthoni Wanyeki, directora para el este de África, el Cuerno y los Grandes Lagos. “La Dr. Nyanzi ha dirigido una campaña para asegurarse que las niñas puedan continuar asistiendo a clase con dignidad y sin sentir vergüenza de tener el periodo menstrual, y en vez de apoyarla en su causa, las autoridades decidieron intimidarla y ahora arrestarla”, se quejó.

Wanyeki pidió que se retiraran los cargos y dijo que Stella debería recibir una liberación incondicional. “Arrestar a Nyanzi simplemente por dar una opinión crítica acerca del presidente y su esposa, no responde a razones legítimas”, agregó.

Durante su declaración ante el jurado, Nyanzi expresó: “¿Comunicación ofensiva? ¿Quién es el que se ofende? ¿Cuánto tiempo más vamos a mantenernos callados por miedo a expresar nuestra inconformidad con el gobierno?. Yo soy una académica, poeta y escritora, y uso mi escritura para expresarme. El presidente nos ha mentido diciendo que nos proveería de toallitas sanitarias (lo que ayudaría a eliminar el tabú machista de la menstruación para que las niñas no sientan vergüenza de asistir a clase durante su período, además de cumplir una función sanitaria). Somos nosotras quienes nos sentimos ofendidas por tan deshonrado hombre”,

La detención llevó a que se creara el hashtag #FreeStellaNyanzi, lo cual fue tendencia en Uganda y otros países africanos.

Nyanzi consiguió la libertad pero no el derecho a toallitas sanitarias

Afortunadamente, la activista fue liberada luego de 1 mes de estar detenida en la prisión de máxima seguridad.

«Las autoridades deben ahora dejar que el sentido común prevalezca de inmediato e incondicionalmente dejando caer todos los cargos contra ella. La continuación de este caso ridículo viola flagrantemente la constitución de Uganda, y sus obligaciones regionales e internacionales de derechos humanos «, expresó Sarah Jackson, Directora Regional Adjunta de Amnistía Internacional para África Oriental, el Cuerno y los Grandes Lagos.

Concluciones

En la superficie, puede que parezca insignificante luchar por que las escuelas provean a las niñas de toallitas sanitarias, pero la realidad es que a pesar de que representa tan solo un ejemplo en la punta del iceberg, el hecho de que Stella Nyanzi haya sido arrestada por querer conseguir ese derecho, nos demuestra una vez más, que aún estamos lejos de conseguir la equidad de géneros.

Tal vez su historia pueda inspirarnos a luchar desde nuestro pequeño lugar, apuntando a una causa, que por más tonta que parezca, las dificultades absurdas para conseguirlo nos recordarán que aún vivimos en un mundo machista.