Hombres blancos enfadados: «el lugar en el que deben estar las mujeres es en casa”

Y de eso se trata el grupo “hombres blancos enfadados” (“Angry White men”, en inglés), los votantes más conservadores, racistas, homófobos, machistas de Donald Trump.

Muchos se preguntaron y tal vez aun se preguntan cómo es que en este siglo XXI, un tipo como Donald Trump ha llegado a la presidencia de una de las principales potencias mundiales. La realidad es que nada es casualidad, y gran parte de la causalidad de que este magnate haya llegado a la casa blanca son sus bien conocidos discursos, son estos hombres blancos enojados, como así los etiquetaron los sociólogos después de investigar las razones que llevaron a gran parte de la sociedad estadounidense a apoyar a un candidato así.

¿Por qué votan a Donald Trump? es la pregunta que miles de personas se hicieron durante el periodo electoral, cuando Trumo escalaba puestos hacia la presidencia.

Sorpresivamente (o no), la mayoría de los votantes del republicano responden a un mismo perfil: hombres blancos, solteros en su mayoría, con bajo nivel educativo, de clase media trabajadora, conservadores, religiosos y enfadados. Y las principales razónes de su enfado son cuestiones económicas, ya que se trata de una clase social que es afectada por la crisis. No tienen trabajo o tienen pocas oportunidades laborales, y las que tienen no son tan buenas como lo eran años atrás. Son hombres (aunque no olvidemos que entre los votantes de Trump, el 42% aproximadamente fueron mujeres) que culpan a los inmigrantes de la falta de empleo y que estaban en contra de las políticas de globalización y desarrollo impulsadas durante el mandato de Obama. Todos ellos unidos por una causa que creen posible con Trump: que EE.UU vuelva a ser grande una vez más.

En contra del feminismo y la igualdad

Hace unos días, la cadena France 2, emitió un documental de investigación sobre este particular sector. En él demostraban su aversión hacia el feminismo declarando que se sienten oprimidos por las mujeres, como explicaban miembros de Proud Boys (Chicos orgullosos), un grupo de hombres seguidores de Trump y en contra de la igualdad. «Creo que con Donald Trump las mujeres dejarán de tener por fin un trato especial», afirmaba uno de ellos. El enfado de los Hombres Blancos Enojados no solo se dirige hacia los inmigrantes o el colectivo LGTB, también hacia las mujeres, algo que comparten con el presidente al que apoyan.

Tal es su grado de machismo que hasta expresaron que “el lugar en el que deben estar las mujeres es en casa”. Algunos incluso llegan a decir que las mujeres no deberían tener derecho a votar. Estos hombres, ultraconservadores y misóginos, demostraron un especial desprecio por la marcha de las mujeres contra Trump realizada semanas atrás, una manifestación que se volvió histórica por la gran masa de gente que se movilizó y que también movió a mujeres de todo el mundo.

Cuesta entender su punto de vista, principalmente porque no se basan en ningún dato real y especialmente porque emiten su opinión (sexista) desde el desprecio. A pesar de las cifras y de las múltiples barreras contra las que a día de hoy tenemos que luchar, especialmente en lo que se refiere a la brecha salarial, para estos fans del nuevo presidente parece que las mujeres somos una amenaza. Así lo explicó el psicólogo Daniel Eskibe en su blog, en unas declaraciones recogidas por Tele Sur. «El votante de Trump se siente vulnerable, amenazado, débil. Y al ver a Trump se ve a sí mismo, pero grande, poderoso, casi invulnerable. El votante se siente formando parte de algo grande, potente, poderoso, lleno de energía».

De momento los «Angry white men» pueden estar contentos con su presidente, pues Trump ya ha firmado el decreto que restringe el acceso al aborto en algunas organizaciones, ha autorizado la construcción del muro y ha firmado ya su primera orden ejecutiva contra la reforma de la sanidad que había propuesto Obama (Obamacare, la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible).

Nos queda el consuelo de saber que en la Women’s March protestaron contra Trump, el machismo y la desigualdad unos dos millones de personas, mientras que a la investidura del republicano el número de asistentes se estimó en 193.000.